Primer triunfo de Rosberg. Un total de 111 grandes premios en la Fórmula 1 ha necesitado Nico Rosberg para conseguir su primera victoria. Mercedes no ganaba una carrera desde el GP de Monza de 1955 (septiembre), entonces gracias al argentino Juan Manuel Fangio, que aquel año conquistaría el tercero de sus cinco títulos mundiales; los dos siguientes con Ferrari (1956) y Maserati (1957).

Octavo vencedor en Shanghai. La de ayer fue la novena carrera disputada en Shanghai, donde ha habido nada menos que ocho vencedores diferentes. El único que ha repetido es Lewis Hamilton (2006 y 2011), en tanto el resto de las victorias se las reparten: Barrichello (2004), Alonso (2005), Schumacher (2006), Raikkonen (2007), Vettel (2009) y Button (2010).

Tres carreras y nadie repite. La mayor igualdad existente en el Mundial se refleja en los resultados de las tres primeras carreras: tres ganadores distintos (Button, Alonso y Rosberg); tres vueltas rápidas para tres pilotos (Button, Raikkonen y Kobayashi) y tres líderes del Mundial: Button, Alonso y Hamilton.

Primeros puntos de Grosjean. El francés Romain Grosjean (Lotus) sumó en el GP de China sus primeros puntos en el Mundial: ocho, tras finalizar sexto.

Shanghai (China)

«La posición real no la sé, seguramente es más real esta (noveno) que lo que vimos en Australia o Malasia (quinto y primero, respectivamente», admitió ayer el asturiano Fernando Alonso a la conclusión del GP de China, en el que cedió el liderato del Mundial a Lewis Hamilton (McLaren).

En cualquier caso, añadió que «tengo también el convencimiento de que en una carrera sin tráfico, o con algo de aire limpio por delante, el coche iría más rápido de lo que hemos visto, ya que no he podido dar tampoco ninguna vuelta libre. Por tanto, igual estamos un pelín más arriba, o quiero entender que hubiésemos quedado por encima de los Williams y de Grosjean sin mucha dificultad. Tal vez acabar sexto era un objetivo realista para esta carrera, pero no pudo ser».

«Te ves en medio del tráfico y si vas a por la tercera posición tienes que adelantar, lo que con la velocidad máxima que tenemos ahora mismo no es una cosa fácil de hacer», añadió el piloto asturiano, para destacar: «En la recta creo que no he hecho ningún adelantamiento, y los cuatro o cinco que he hecho en la carrera han sido en puntos inusuales. Cuando tienes que jugártela en las curvas la carrera se complica».

También reconoció el bicampeón asturiano que la falta de potencia comprometió la estrategia de Ferrari durante la carrera, ya que tras el último paso por boxes para cambiar neumáticos «estaba luchando con Hamilton, y Hamilton acabó tercero y nosotros novenos. Esa es la diferencia entre posibilidad de adelantamiento o no posibilidad de adelantamiento».

Reconoció Alonso que en el tramo final de la carrera «intenté durante diez vueltas superar a Maldonado en la recta, pero ni siquiera estuve cerca de conseguirlo. Cada vuelta que pasaba él parecía ir más deprisa... o era yo el que iba más despacio», insistió Alonso, que a su llegada a Shanghai ya comentó que si Ferrari no conseguía mejorar el coche irían perdiendo cada vez más puntos durante el campeonato, anticipó también que la próxima carrera, en Bahrein, «en teoría puede que sea la peor» para ellos.

«Al coche le falta velocidad punta y tracción, y el circuito de Bahrein no tiene otra cosa que no sea tracción y velocidad punta, así que supongo que será un fin de semana especialmente complicado, más desde luego que lo que hemos pasado hasta ahora. Luego para Barcelona mejoraremos, pero mejoraremos tres o cuatro décimas, más o menos la mejora que logran tener todos los equipos cuando llegas a la primera carrera europea. Ponte que nosotros podamos conseguir cinco o seis décimas de mejora y los demás, cuatro; por tanto, ojalá recuperemos dos».

Diferencia que no permiten al piloto asturiano ser optimista de cara al futuro. «No puedo pensar en el Mundial en este momento. Nadie puede pensar en el Mundial en este momento con lo que tenemos entre manos. Es bonito estar en la lucha por el liderato y verte entre los mejores, pero fue sólo casualidad. Debemos ser honestos con nosotros mismos y no pensar en el Mundial hasta que tengamos un coche competitivo entre manos».