Oviedo, J. M. MATUTE

El alemán Sebastian Vettel recuperó la credibilidad de Red Bull al lograr la pole en el circuito de Shakir, la primera del año y algo que logró en 2011 en quince de las diecinueve citas de la temporada. Vettel saldrá hoy al frente del grupo en el GP de Bahrein, una carrera llamada a estar salpicada de continuos cambios de posiciones debido a la sobresaliente importancia que tendrán los neumáticos en su desarrollo. Fernando Alonso (Ferrari) tendrá de nuevo que remontar. Protagonizó el asturiano una lección de estrategia y pillería que le llevaron a la novena plaza y con la ventaja de poder elegir con qué neumáticos iniciar la carrera, ya que conservó los juegos duros para la carrera.

La combinación del abrasivo asfalto del circuito de Shakir con la arena del desierto que el viento arrastra hasta la pista y el sol de justicia que cae a primera hora de la tarde sobre el Golfo convierten la carrera de Bahrein en una auténtica lotería debido a la acelerada e imprevisible degradación que sufren los neumáticos, especialmente los blandos. Siguen contando la aerodinámica, el motor y los pilotos, claro, pero sin gomas que lo sostenga los monoplazas no andan.

Por eso la clasificación de ayer se convirtió en un juego de estrategias por parte de las escuderías, que arriesgaban en cada decisión a sabiendas de que los compuestos blandos a duras penas aguantaban una vuelta a plena potencia y que más valía conservar los duros para no convertir la carrera en un continuo entrar a la calle de boxes para cambiar las ruedas. La primera advertencia de que todo iba a ser diferente a las clasificaciones anteriores ya la daba Alonso cuando se jugaba la Q1 a una sola vuelta con neumáticos blandos para preservar los duros para la carrera. Acertó y pasó el corte. Intentó copiar la jugada Michael Schumacher (Mercedes) y se fue al pozo de la novena línea, hundido por un Heikki Kovalainen que lograba llevar al Caterham a la primera Q2 de su historia.

En la segunda sesión eliminatoria Alonso y Ferrari volvieron a apostar fuerte. Y volvieron a acertar. El asturiano esperó al último momento para salir con el único juego nuevo de blandos que le quedaban y firmaba un espectacular quinto mejor tiempo que le daban el paso entre los diez mejores; algo que no conseguían ni su compañero Massa (decimocuarto) ni el finlandés Raikkonen (Lotus).

Alonso y Ferrari debían exprimir la estrategia pues en tecnología el F2012 no es que esté precisamente sobrado. Y como habían gastado toda la pólvora (blandos) en esa vuelta mágica que les daba el pase a la Q3, decidieron disparar con balas de fogeo y los rivales entraron al trapo. Salió el asturiano con unos neumáticos gastados y simuló preparar una vuelta rápida, lo que llevó al resto de pilotos a montar el juego de blandos nuevo que les quedaban para buscar su mejor vuelta. Cayeron en la trampa. Alonso abortó su vuelta porque con esas gomas no iba a ninguna parte, pero obligó a los demás a gastarlas.

Hoy, así, saldrá noveno lejos de los Red Bull, McLaren y el Mercedes de Rosberg, pero con tres juegos de neumáticos duros nuevos con los que confía en voltear los pronósticos. Ayer lo hizo por pillería, estrategia y pilotaje. La velocidad punta y la tracción que necesita para llevar al F2012 más arriba en la parrilla la siguen buscando en Maranello.