A estas alturas, a nadie se le escapa que el vestuario del Rayo Vallecano es un polvorín. Los malos resultados deportivos (el club madrileño ha sumado tres puntos de los últimos treinta) y la perenne crisis institucional han llevado al equipo franjirrojo al borde del colapso. Ayer por la mañana, la plantilla en pleno compareció ante los medios de comunicación para desmentir las informaciones publicadas en la noche anterior en las que se aseguraba que los futbolistas se habían amotinado contra su entrenador, José Ramón Sandoval. Fue el capitán Míchel quien tomó la palabra para negar «rotundamente que haya habido problemas». El centrocampista del conjunto madrileño sí reconoció que «han existido discrepancias, como en cualquier vestuario, pero no se ha producido ninguna situación de motín».

El director deportivo de la entidad, Felipe Miñambres, confirmó también que hubo una reunión hace tres días para «valorar la situación actual del club», y que en esa charla con el consejo de administración se trató la continuidad del técnico José Ramón Sandoval, del que se decidió que «siguiese» en el cargo hasta el último partido.

«Al acabar el partido con el Sevilla el sábado (el Rayo perdió 5-2) se concierta una reunión para el domingo por la noche, pero como iba a ser tarde la hicimos al final por la mañana. Hablamos, yo di mi punto de vista y ellos opinaron como yo», argumentó Miñambres, quien abundó en su explicación señalando: «Después de esa reunión se llegó a la conclusión de que el entrenador debía continuar, porque había alcanzado los 40 puntos con este equipo, el objetivo en esta primera temporada era salvarse y aún tenemos opciones de permanencia». Felipe Miñambres se mostró tajante al asegurar que «ningún jugador» se dirigió a él pidiendo la destitución del técnico.

En dicha reunión se habló también «de una posible concentración de varios días y llegamos a la conclusión de que concentrar al equipo cuatro o cinco días era más un perjuicio que algo positivo».

Los futbolistas quisieron lanzar un mensaje de tranquilidad a sus aficionados y aseguraron que «toda la plantilla y el técnico estamos unidos». El Rayo Vallecano juega un partido decisivo esta semana ante el Granada que seguramente condenará a uno de los dos.