El Oviedo gana crédito. Los azules lograron su tercera victoria consecutiva, en su mejor partido en el Tartiere, ante un Marino al que no dieron ninguna opción. El resultado se quedó corto para la gran superioridad mostrada por los azules, que además estrellaron tres balones en los postes, dos de Casares y uno de Cervero.

El Marino fue un espejismo. No apareció en todo el partido y además se quedó con un jugador menos en el minuto 42 por la expulsión de José Ángel.

La primera mitad fue toda del Oviedo. El Marino no existió. Los azules metieron intensidad al partido desde el inicio, mientras que los luanquinos nunca estuvieron cómodos en el campo. Los azules lo hicieron todo bien, pero fallaron en lo principal, el remate. Controlaron el partido, tuvieron una salida clara del balón, con profundidad por las bandas, pero la falta de acierto en los últimos metros les condenó.

Además, los azules estuvieron muy concentrados y efectivos cuando no tenían el balón y no pasaron por ningún apuro en la primera mitad ante un Marino que tuvo muchos problemas en la creación del juego. Sin salida del balón, los luanquinos tuvieron muchas dificultades para progresar con sentido y prueba de ello es que en los primeros 45 minutos no dispararon ni una sola vez entre los tres palos.

El Oviedo fue muy diferente al de los últimos partidos en casa. Tuvo presencia y llevó el mando del partido, creando además claras ocasiones desde el principio. Casi todas ellas cayeron en las botas de Casares, que estuvo tan participativo en los últimos metros como desacertado en todas las ocasiones de las que dispuso. La primera de ellas fue ya en el primer minuto, con un disparo cruzado, y la más clara en el minuto 26 en una jugada más propia de la etapa Pacheta. Dani Barrio sacó en largo, Cervero tocó de cabeza y Casares superando a la defensa se plantó solo delante de Dani Barrio. El delantero andaluz, con todo a favor, estrelló el balón en el poste cuando la grada ya cantaba el gol.

Los locales no cejaron en su dominio y siguieron metiendo muy atrás a un Marino quizá demasiado asustado. Los de Luanco se quedaron además con un jugador menos al borde del descanso, en el minuto 42, al ser expulsado José Ángel por doble amonestación.