Con la mente puesta ya en la segunda ronda, España se enfrentó ayer a Georgia en un choque en el que tan sólo el honor estaba en juego. Los de Orenga, ya clasificados, afrontaban el partido con la intención de prepararse para lo que les espera en Liubliana a partir del jueves, y el conjunto caucásico esperaba hacer un buen partido para despedirse del torneo. El partido comenzó igualado, con ambos equipos encontrando el aro rival con facilidad, y con las defensas un nivel por debajo de lo que se ha podido ver estos días. Sin embargo, el sino del encuentro dio un vuelco a mitad del segundo periodo, cuando España puso la directa, merced a un parcial de 15-2.

A pesar de no haber nada en juego, a la selección española el cuerpo le pide correr y anotar, robar y salir a la contra. Y los georgianos ofrecieron demasiadas facilidades para los contraataques españoles, una seña de identidad de este equipo, que supusieron 29 puntos para el luminoso español.

El resultado al descanso (41-29) ponía de manifiesto la superioridad del conjunto de Orenga, en el que Ricky Rubio volvió a ofrecer destellos propios de una estrella emergente. Además de asistir y robar, sus dos especialidades, el de Masnou aportó ayer 16 puntos, su mejor cifra con la selección, y confirma que su punto de mira llega ajustado a la segunda ronda.

El partido se rompió definitivamente en el tercer periodo, con una España alegre en ataque y comprometida en defensa, ante Georgia, que poco pudo hacer ante el acierto desde el triple de Sergio Rodríguez, Sergi Llull y el propio Rubio. 15-3 de parcial, que convirtió los últimos minutos en una despedida de Celje: España a Liubliana, y Georgia a casa.

Orenga dio minutos a los menos habituales, y la puntuación se repartió entre toda la plantilla. Todos los jugadores aportaron, y la sensación general es que España va de menos a más en un torneo de tres semanas, en el que lo importante es llegar en un estado óptimo a las jornadas finales, donde todo se decide a vida o muerte.

España 83 - Georgia 59

(17-17) (12-24) (10-21) (14-21)

España: Aguilar (2), Rudy (11), Calderón (3), Ricky (16), y Gasol (4) -equipo inicial-, Rodríguez (15), Rey (6), Claver (4), Llull (11), San Emeterio (3), Gabriel (5) y Mumbrú (3).

Georgia: Tsintsadze (6), Shermadini (10), Hickman (7), Patsatsia (3) y Sanikidze (8) -equipo inicial-, Metreveli (4), Pkhakadze, Sanadze (7), Burjanadze (2), Lezhava (7) y Tskitishvili (5).

Árbitros: Borys Ryzhyk (Ucrania), Aleksandar Milojevic (Macedonia) y Omer Esteron (Israel). Sin eliminados.

Celje Arena, 2.800 espectadores.