Se conocen bien y hubo que esperar a que madurara el partido para ver goles. Sporting B y Marino evidenciaron ser viejos conocidos y, como dos rivales que se vigilan antes de lanzar su ofensiva, los rojiblancos supieron sacar provecho de los errores del contrario tras una primera parte basada en el tanteo. Una pérdida de balón de David Álvarez a escasos metros del área permitió a Pablo Pérez abrir el marcador al poco de iniciar la reanudación. La sentencia llegaría a diez minutos del final, con un rápido contragolpe culminado por Castro que partió de un saque de esquina botado por los de Quirós. Goles que ponen fin a la sequía gijonesa en los últimos tres partidos y que les devuelven a la zona tranquila, en la que continúan los marinistas.

El Sporting B asumió su condición de local desde el principio. Quiso el balón y empezó a medir la respuesta de un Marino confiado en la velocidad por las bandas de Titi y Pevida para encontrar su momento. La presión en tres cuartos de campo de los rojiblancos descubrió, a los diez minutos, que los de Quirós debían meter una velocidad más a la construcción de su juego para ser menos previsibles. Pablo Pérez le robó la cartera a Pevida y Ponzo evitó que Guille Donoso estrenara el marcador. Fue una jugada calcada a la que finalmente abriría el partido.

Nada más iniciar la segunda parte del encuentro, Alejandro estrelló en el larguero un saque de esquina de Pevida y el Marino parecía estar más cerca del gol. David Álvarez se confió entonces ante la presión rival y su pérdida de balón a escasos metros de la frontal acabó ya en castigo, gracias un seco derechazo de Pablo Pérez. Adelantaron líneas los de Quirós, y pareció venirle bien al filial, que aprovechó un saque de esquina del Marino para sentenciar con una contra fabricada entre Mera y Castro.