Gijón pierde otro clásico de su hostelería: adiós a una famosa hamburguesería del centro de la ciudad

La hamburguesería "Chopper Burguer", un negocio familiar que abrió en 1982 junto a los Jardines de la Reina, cambiará de manos por jubilación: "Me da pena"

Francisco Javier Álvarez, ayer, a la entrada de la hamburguesería de la calle Muelle de Oriente.

Francisco Javier Álvarez, ayer, a la entrada de la hamburguesería de la calle Muelle de Oriente. / Juan Plaza

Francisco Javier Álvarez se hizo cargo de la hamburguesería "Chopper Burguer", en la calle Muelle de Oriente, junto a los Jardines de la Reina, en 1988, solo seis años después de que su suegro arrancara el negocio en 1982. Un establecimiento familiar que vivirá un punto y aparte el 26 de mayo, último día al frente de Álvarez, que se jubila, anticipadamente, a sus 63 primaveras.

José Luis Álvarez, suegro de Francisco Javier, quería abrir el local para el Mundial de fútbol del 82 celebrado en España, pero cuestiones de papeleo retrasaron la puesta en marcha de la hamburguesería, que atendió a sus primeros clientes en septiembre de ese año. "Tras el cierre de ‘Los Vikingos’. somos la más antigua de Gijón", reivindica Francisco Javier Álvarez, que recuerda con pelos y señales la época. "Los coches casi aparcaban dentro", afirma el hostelero, que recalca que las hamburguesas siempre han huido de "florituras". "Son de toda la vida, con lechuga, tomate, cebolla, pepinillo, bacon, queso y la carne", explica. Lo de las salsas es un invento moderno.

Las sensaciones se entremezclan para Francisco Javier Álvarez, que ha contado este tiempo con el apoyo de su mujer Pilar Álvarez para sacar adelante el negocio. Su hija, Vanesa, también ha echado una mano en algún verano que otro. "En un principio veía bien acabar pero ahora que se está terminando me da pena tras tantos años", subraya Álvarez, que se muestra "agradecido" con los clientes. "Siempre se han portado genial conmigo. Por aquí han pasado varias generaciones", asegura un Álvarez que prefiere quedarse con los momentos positivos de esta larga etapa. "Los malos se olvidan y los buenos son el día a día", comenta Álvarez, apasionado de los viajes y que ha probado en otros países hamburguesas de cocodrilo, caimán, avestruz, jabalí o venado.

"Chopper Burguer" ha mantenido su esencia de solo abrir en horario de tarde. Remarca Francisco Javier Álvarez que una de sus bazas, frente a las grandes cadenas, ha sido un "trato más cercano" con la clientela. De hecho, gracias a su colaboración, se montó una especie de "museo" en el establecimiento con refrescos que los propios clientes traían. "Viene gente de Cimadevilla, La Calzada, El Llano... Hasta madrileños que vienen todos los veranos", sostiene Francisco Javier Álvarez. El espacio apenas ha experimentado cambios más allá de los retoques necesarios que exige el tiempo. "El suelo está viejo, pero limpio", bromea el hostelero, que ensalza lo "familiar" de su relación con los clientes. "La gente entra en las conversaciones", indica Álvarez, meticuloso con los productos que vende. "Los cuido mucho y todo lo que ofrezco lo pruebo antes", resalta.

En "Chopper Burguer" llegó a haber hamburguesa de trucha, pero lo que ha permanecido en la carta de forma ininterrumpida es la clásica hamburguesa de carne, la seña de identidad del negocio. Intenta Francisco Javier Álvarez tumbar el mito de que la hamburguesa es comida basura. "Hubo un tiempo en el que estuvo muy mal vista con lo de las ‘vacas locas’, pero es un alimento bastante completo", incide Álvarez, que no les echa sal a las suyas.

"Espero que venga mucha gente a despedirse", sentencia el hostelero, que asegura que el negocio podría continuar en otras manos. "Hay una pareja interesada", dice Francisco Javier Álvarez, que entre pan y pan sacará tiempo hasta el 26 de mayo para saborear una etapa que toca su fin.