Ángel Herrero Morales, jugador del Sporting conocido como Herrero I a comienzos de la década de los 70, falleció ayer a los 71 años víctima de una afección pulmonar. Zamorano de nacimiento, tras retirarse del fútbol Herrero I se estableció en Gijón, donde también viven sus hijas y deja numerosos amigos. Centrocampista en sus orígenes, Herrero se asentó como lateral izquierdo en sus seis temporadas como rojiblanco, en las que se ganó merecida fama de jugador de equipo.

Ángel Herrero Morales (Zamora, 1 de marzo de 1942) se formó en las categorías inferiores del Real Madrid y llegó a jugar en su filial de entonces, el Plus Ultra. En 1962 fichó por el UP Langreo, entonces en Segunda División, categoría en la que también militó en el Racing de Santander, Ceuta y Rayo Vallecano antes de fichar por el Sporting, en la temporada 1967-68. Aunque empezó alineándose como centrocampista de corte defensivo, en la campaña 1970-71 pasó al lateral izquierdo para formar parte del equipo base que logró el ascenso a Primera División: Castro; Echevarría, Alonso, Herrero I; Puente, José Manuel; Herrero II, Quini, Paquito, Valdés y Churruca.

"Lo ficharon para ir dándome el relevo", señalaba ayer Juan Eraña, una de los ex sportinguistas que siguieron en contacto con Herrero tras su retirada del fútbol. Entre otras cosas, Eraña tenía contratados varios seguros con la correduría de seguros en la que aún trabajaba Ángel Herrero. Antes, Herrero I había regentado una tienda de deportes en Gijón. A Eraña le sorprendió ayer la llamada de una de las hijas de Herrero: "No sabía que llevaba unos días ingresado. Había estado con él el día 2 ó 3 y se encontraba perfectamente".

Tanto Juan Eraña como otros ex futbolistas del Sporting de aquella época definieron a Herrero I como "un jugador de equipo, que se sacrificaba por todos". Alonso recalcaba que, cuando se alineaba en el centro del campo, Herrero hacía más fácil la vida de los defensas en un Sporting que se caracterizaba por su vocación ofensiva. "Era muy sobrio. Cumplía su cometido con seriedad de guardar las espaldas", explica Churruca, que también valora el lado humano: "Yo era muy joven, acababa de llegar, y lo veía como un maestro por ese grado que da la experiencia".

"Sin embargo, en la caseta era muy animado y alegre", precisa Churruca. "Era un buen compañero, nos ayudaba mucho en todos los aspectos", confirma Alonso. El actual delegado del Sporting, Quini, tras el partido del primer equipo en Tenerife, también tenía un recuerdo emocionado para su ex compañero, con el que compartió una taza de café hace unos días, cuando se acercó por la escuela de fútbol de Mareo. "Era muy buena persona", añadió El Brujo.

A la hora de destacar una característica de Herrero, Juan Eraña señala su laboriosidad: "Ángel era muy trabajador, tanto en su etapa de futbolista como después, cuando se retiró. Hasta hace unos días aún estaba en su correduría de seguros". Eraña señala que la vida le había golpeado con fuerza hace años con la muerte de su esposa, Raquel, con la que había tenido tres hijas, que viven en Gijón: Raquel, Marta y Rocío. Ellas y su nieto, al que procuraba acompañar hasta el colegio de la Inmaculada, eran su mayor motivación.