Desde que Sandoval le probó como extremo en Lugo, donde el Sporting consiguió la primera victoria a domicilio de la temporada, Scepovic ya deslizó su preferencia por actuar como delantero centro. En buena medida, para evitar la exigencia del trabajo defensivo, algo a lo que, como el propio futbolista reconoce, "no estoy acostumbrado". En cualquier caso, el serbio muestra por delante su ánimo de evitar cualquier polémica con su posición en el campo. Mucho más, cuando el conjunto gijonés atraviesa uno de los momentos más delicados de la temporada. "Yo no decido dónde tengo que jugar; estamos aquí para ayudar al equipo y hacer lo que pida el entrenador", recuerda. En Sabadell podría volver a a ejercer como el hombre más adelantado del ataque rojiblanco.

Scepovic repitió ayer una de las evidencias que tras el partido ante el Córdoba compartió en sala de prensa. "Me cuesta defender. Parto desde más atrás y no llego tan fresco arriba. Nunca jugué en esa demarcación, pero el entrenador lo ve así", sostiene. Se encuentra más cómodo dentro del área, algo que ni el propio técnico discute, pero la idea de Sandoval de mantener poblado el centro de campo con tres hombres y sumar a Lekic al ataque obligó a buscarle un sitio más escorado.

"El desgaste físico es más grande que en mi posición natural, no puedo dejar al lateral en un dos contra uno, pero lo que quiero es ayudar al equipo, donde cada uno tiene un trabajo que hacer", reitera el máximo goleador rojiblanco. Incluso echa mano de una de las anécdotas de su etapa en el Partizán para reafirmarse en que debe asumir con disciplina cualquier cambio de puesto. "He llegado a actuar hasta de portero. Fue hace unos años. Íbamos ganando 5-1 o 4-1, y el árbitro pitó penalti y expulsó a nuestro guardameta. El entrenador preguntó y nadie se quería poner. Lo hice yo. Ni me tiré. No vi el balón entrar", explica con humor sobre aquella pena máxima que le hizo estrenarse bajo los palos. En el club balcánico coincidió con Miljan, lateral derecho que se encuentra a prueba en el Avilés gracias a la gestión del jugador del Sporting. "Estaba sin representante y quise ayudarle. Le ofrecí venir a Asturias y ahora es él quien debe demostrar que quiere quedarse aquí", concluye.