Sin apenas dejarla botar, el trabajo empieza en Mareo con reuniones a dos bandas. En la planta noble, el consejo de administración diseña el plan estratégico de la sociedad. Algunos metros más allá, en el edificio deportivo, Abelardo y su cuerpo técnico preparan la planificación deportiva y analizan su situación contractual, que tiene que cambiar. Es el gran reto de Javier Fernández, el primero que asume en solitario, sin el respaldo de Alfredo García Amado, apartado ya de las grandes decisiones que se toman estos días en el Sporting. La venta del club ha quedado aparcada por ausencia de aspirantes y el máximo accionista ya asume que directa de la entidad. Tiene varios trabajos pendientes.

La gran reestructuración. Es el compromiso que en su día adquirió Javier Fernández con el sector más crítico, al que ofreció la cabeza del director general, Alfredo García Amado, como gesto de acercamiento. El otro cargo ejecutivo, la dirección deportiva, también cambiará de responsable. El vicepresidente tiene la idea de modificar la estructura del club, con la salida de trabajadores afines a García Amado y con una importante reducción del gasto en nóminas. Esta tarea quedará podría quedar a cargo del nuevo director general.

García Amado, al margen. El director general apura sus últimos días en el cargo y despacha el trabajo específico de su puesto. Amado está ya al margen de las grandes decisiones de futuro del club, que han sido asumidas directamente por Javier Fernández y su gente de confianza, entre los que se encuentran Javier Martínez, Antonio Veiga y, sobre todo, el abogado Ramón de Santiago.

Nico Rodríguez, el primero en llegar. El primer movimiento evidente será el nombramiento del nuevo director deportivo, que Javier Fernández espera poder anunciar la próxima semana. El elegido es el gijonés Nico Rodríguez, el hombre que diseñó el gran Alcorcón y que actualmente lleva la parcela deportiva de Las Palmas. Hay otros dos candidatos con los que también ha hablado Javier Fernández, pero todo apunta a que Nico Rodríguez asumirá la dirección deportivo. Las Palmas disputó anoche el partido de ida de la primera eliminatoria de promoción de ascenso. Nico Rodríguez tiene un año más de contrato con el conjunto canario, que ayer le pidió explicaciones por su negociación con el Sporting. Un ascenso de Las Palmas podría complicar su llegada al Sporting. Javier Fernández tiene dos nombre en la recámara.

El sustituto de García Amado. Para conocer al nuevo director general habrá que esperar al próximo mes. No es fácil sustituir al hombre que ha llevado las riendas del club durante cerca de veinte años. Javier Fernández tiene claro el perfil y los primeros contactos mantenidos apuntan a que podría tratarse de un hombre de fuera de Asturias, con amplia experiencia en el sector empresarial, pero ajeno al mundo del deporte. En ese caso, la negociación de contratos y otros aspectos que hasta ahora asumía García Amado podrían derivarse hacia la dirección deportiva.

Lo primero, pagar. La primera tarea de Javier Fernández tras la consumación del ascenso pasa por ponerse al día con futbolistas y empleados. La deuda con la plantilla ascendería a 2,5 millones aproximadamente, a los que habría que sumar los 2,2 de prima de ascenso. A los empleados se les adeudan cuatro mensualidades. La deuda ya vencida con Hacienda, contando los intereses, ronda los 7 millones de euros. Es un asunto que hay que solucionar para levantar la doble sanción que impide al club inscribir futbolistas.

Nuevo contrato para Abelardo. El gran artífice del ascenso tiene un año más de contrato, pero con condiciones de Segunda. Al contrario que los futbolistas, Abelardo no dobla su sueldo con el ascenso. Las condiciones de su cuerpo técnico son aún peores, a pesar de que asumieron pasar de Primera División a Segunda B. Abelardo quiere resolver su futuro antes de profundizar en la planificación. El Pitu espera que el club valore al actual cuerpo técnico. Javier Fernández es consciente de ello.

Sergio y Cuéllar. A la espera del diseño de la plantilla, la prioridad más absoluta es la renovación de Sergio y Cuéllar. El club adquirió hace meses un compromiso con los futbolistas que, a pesar de contar con ofertas interesantes, no se comprometieron con nadie por su deseo de jugar en Primera con el Sporting. El club sabrá valorarlo. No son los únicos que acaban contrato. Abelardo cuenta con Rachid y hay futbolistas que sólo tienen un año más y que deben ser atados.

El diseño de la plantilla. Aunque Abelardo y su cuerpo técnico preparan un informe con las carencias que entienden que deben cubrirse en la plantilla rojiblanca con vistas al próximo curso, la planificación no arrancará de forma definitiva hasta que el nuevo director deportivo asuma el cargo. Nico Rodríguez es un experto conocedor de la Segunda División y, por su experiencia en Las Palmas, aspirante al ascenso, se entiende que tendrá también una idea de jugadores interesantes para Primera. Abelardo elaborará también una lista de futbolistas a los que habrá que buscar una salida, ya sea dejando el club, buscando una cesión o volviendo al filial.

La campaña de abonados. Es una de las grandes decisiones que tiene que tomar el consejo de administración. Desde luego, es una de las más esperadas por la masa social del club. Los aficionados temen que el ascenso traiga aparejada una subida importante de los abonos y que vuelva el canon para las nuevas altas.

La ampliación de capital. Es un asunto del que no se ha vuelto a hablar desde la junta de accionistas, pero que sigue ahí. El consejo de administración está facultado para convocar una ampliación de capital por 3,5 millones de euros a lo largo de todo este ejercicio. Javier Fernández adquirió el compromiso de escuchar a todos los sectores del sportinguismo antes de diseñar el modelo de ampliación que se abordará. Hasta el momento, no parece que se hayan producido nuevos movimientos significativos.