A la hora en la que se elaboran estas modestas líneas, el que dice ser y llamarse Tonny Sanabria bien podría estar sobrevolando el viejo Comunale de Turín, donde el Sporting al que viene cerró una de las mayores gestas de su historia. Es, por supuesto, una simple suposición, porque las rutas aéreas tienen poco que ver con las hazañas deportivas y a saber qué camino tomó el vuelo que dejó al delantero paraguayo en Barcelona, donde hacía escala antes de llegar a Gijón. Donde éramos pocos, con la llegada del goleador, bien pudo sentenciar algún compañero encargado de la distribución de tareas.
Sanabria es joven, pero es goleador, que es lo que necesita el Sporting, y es uno de los pedidos realizados por el gran timonel rojiblanco. No parece que vaya a debutar esta tarde en León. Un debut tan apresurado sólo lo hizo un tal Enzo Ferrero Águila, deslumbrante en su presentación tras una noche en taxi entre Córdoba y Gijón en los primeros setenta del siglo pasado, cuando el único tramo de autopista en todo el trayecto era el de Madrid-Villacastín. No se conocen los planes de Abelardo con el paraguayo, pero todo indica que aparecerá el sábado, día de Begoña, ante el Villarreal del gran Marcelino.
El día, sin embargo, amaneció con la triste noticia del fallecimiento del que fuera defensa del Barcelona Juanjo, que estuvo a prueba en el Sporting después de salir del club azulgrana. Juanjo tuvo luego unos buenos años en el Salamanca, pero el Sporting entonces no consideró oportuno su fichaje. El día anterior se conoció el fallecimiento de Luis Pujol, un fino extremo que jugó en el Barcelona de los sesenta/setenta del pasado siglo. Se fue luego al Sabadell de los tiempos de Pasieguito y de allí al Castellón. El entrenador citado quiso traerlo junto a Garzón para el Sporting. Pero el club fue avisado de que Pujol sufría una latosa lesión y el club renunció al fichaje con el consiguiente disgusto de Pasieguito. Fue antes de la llegada de Ferrero. Tras la aparición del argentino ya no hubo sitio durante años para ningún extremo zurdo.
Para lo que siempre hay sitio es para la alegría por las victorias. A propósito de la alegría, las buenas costumbres han de ser mantenidas contra viento y marea; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿qué dos jugadores rojiblancos celebraron hasta bien tarde la victoria sobre el Palermo del sábado? Una celebración moderada en la que no mataron ningún pato, dicho sea con el debido respeto y consideración para los jugadores, los patos del parque de Isabel la Católica y las desaparecidas nutrias. El verano, por lo demás, es largo y da para mucho. El estudio sobre la trayectoria de los entrenadores que han jugado en Primera es claro: Sergio, del Espanyol, con 418 partidos jugados, va en cabeza, seguido de cerca por Luis Enrique, con 400, y a continuación, Abelardo, con 385. Abelardo es nuevo como entrenador en Primera; el más curtido, Valverde, con 269 partidos como jugador y 272 como entrenador. Abelardo es joven en el banquillo, como todos sus jugadores a los que a partir de hoy se suma Tonny Sanabria, que no Soprano, que, haya sobrevolado o no el viejo Comunale, algo le habrá quedado de aquel Sporting que nos hizo vivir los mejores años de nuestras vidas.
