El nuevo récord mundial del estadounidense Ashton Eaton en decatlón (9.045 puntos, seis más que el suyo anterior) pasó casi inadvertido ante el revuelo que levanta Usain Bolt cada vez que comparece en El Nido, ahora para obtener su tercer triplete mundialista. Bolt, campeón individual de 100 y 200 metros, remató el triplete dorado en Pekín como último relevista del equipo de Jamaica, otra vez ganador, ahora con una marca de 37.36, frente a un cuarteto estadounidense que al final resultó descalificado.

El tercer intercambio del cilindro, entre Tyson Gay y Mike Rodgers, se produjo fuera de zona, y Estados Unidos, que había llegado lejos en segundo lugar, cedió la medalla de plata a China, y el bronce fue para Canadá. De todas formas, un margen de 41 centésimas había separado en meta a Usain Bolt del último norteamericano, Mike Rodgers, que pareció arrugarse ante la estampa monumental del Relámpago.

Cuatro tripletes en campeonatos globales y once medallas de oro, dejando escapar una sola durante los últimos siete años, agotan los adjetivos para describir la trayectoria descomunal de un velocista inmisericorde con el enemigo, Usain Bolt. La leyenda viva del atletismo logró ayer su tercer oro en los Mundiales de Pekín como último relevista del cuarteto de Jamaica.

Da igual que llegue a los grandes campeonatos en mejor o peor condición física, con alguna derrota o con una racha inmaculada de victorias. A la hora de la verdad el resultado es el mismo: siempre gana él, a menos que lo descalifiquen, como le sucedió en la final mundialista de Daegu 2011 por precipitarse en la salida.

Bolt parecía en grave riesgo de perder la hegemonía mundial de la velocidad en esta segunda visita a Pekín, pero de las capas profundas de su memoria rescató escenas que asombraron al mundo en los Juegos Olímpicos de 2008, cuando arrasó por primera vez los récords mundiales de 100 (9.69, 200 (19.30) y 4x100 metros (37.10). Y no dejó que Justin Gatlin se saliera con la suya.

La medalla de oro conseguida en el relevo es la undécima que logra en Mundiales. En las estadísticas, después de esta decimoquinta edición deja ya muy atrás a Carl Lewis, el Hijo del Viento, con el que estaba empatado a ocho. Para un tipo con la pierna izquierda un centímetro y medio más larga que la derecha, que padece escoliosis y continuas molestias en la espalda, no está nada mal. Su morfología (196 centímetros, 76 kilos) se adapta mejor al 200, su prueba predilecta, que al 100. "Y allí, en Brasil, con 30 años, si no tengo los mismos problemas de lesiones y puedo prepárame todo el año, intentaré bajar de los 19 segundos en los 200 metros. Quizás sea la última oportunidad", asegura el velocista jamaicano.