La selección española de atletismo, que había enderezado el rumbo dos años antes en los Mundiales de Moscú, volvió a las andadas en Pekín, donde la medalla de oro de Miguel Ángel López no basta para tapar carencias que empiezan a ser reiterativas, como las del mediofondo. El director técnico, Ramón Cid, no ha escurrido el bulto: "Ha sido una actuación, en general, muy floja, La mitad de los 40 ha estado claramente por debajo de las expectativas".

En Moscú 2013 quienes sacaron las castañas del fuego fueron los mismos. Miguel Ángel López y Ruth Beitia regresaron con sendas medallas de bronce, y España con cinco finalistas. Ahora, el murciano ha mejorado la calidad del metal, pero la saltadora se ha quedado a dos centímetros de la medalla. Un decimoséptimo lugar de Sandra Aguilar en el maratón, a 25 segundos de su objetivo, la plaza olímpica, que habría ganado con el puesto 15, cerró la actuación española en los Mundiales, pues nadie había llegado a las seis finales vespertinas.

El domingo anterior, España terminó la sesión matinal de la segunda jornada al frente del medallero y se las prometía felices con el oro de López para lanzar la moral de todo el equipo, pero las jornadas se sucedieron después sin que nadie más, hasta el penúltimo día, apareciera en puestos de finalista (ocho primeros).

El mediofondo, un sector que desde la plata de José Luis González en el 1.500 de Roma'87 ha dado a España seis medallas (tres platas y tres bronces), ha vuelto a fracasar, como en Moscú. España no ha tenido presencia en la carrera por las medallas y sólo un hombre, David Bustos, llegó a las semifinales. España no ha faltado, al menos, a su cita con las medallas en los campeonatos del mundo, como viene ocurriendo ininterrumpidamente desde la primera edición de los campeonatos, Helsinki'83.

En Daegu 2011, con una medalla (el bronce de Natalia Rodríguez en 1.500), dos finalistas y una raquítica suma de 11 puntos, España cuajó su peor actuación en la historia de los Mundiales. Sólo Natalia y Manuel Olmedo (cuarto en 1.500) salvaron los muebles del atletismo español, no habituado a ocupar puestos tan retrasados en el medallero (33) ni en la clasificación por puntos (30). Dos años después, en Moscú, el equipo obtuvo el puesto 31 en el medallero y el 17 en la clasificación por puntos, sólo con uno más que en la ciudad surcoreana.

En Pekín, el oro de Miguel Ángel le ha hecho ganar muchos puestos en el cuadro de metales (decimoquinta) pero la selección se ha despeñado en la lista por puntos (vigésimosexta) debido a la floja actuación general. El tercer mejor resultado español en Pekín lo ha obtenido el "abuelo" de todos los inscritos en los Mundiales, Jesús Ángel García Bragado, que en su duodécima participación -récord mundial absoluto-, con 45 años, ha terminado noveno en los 50 kilómetros marcha, veintidós años después de proclamarse campeón del mundo en su debut (Stuttgart'93).

La lucense Alessandra Aguilar lamentó no haber conseguido una plaza fija para los Juegos Olímpicos. "Río estaba ahí y se ha escapado", afirmó Aguilar, quien añadió: "Hasta el kilómetro 34 estaba luchando por estar entre las 15 primeras". La atleta entrenada por Antonio Serrano, que fue quinta hace dos años en el Mundial de Moscú, explicó que se encontró con el famoso "muro" del maratón y que al final sufrió mucho para completar la prueba en 2h33:42. "Ha sido de ir fenomenal a, de repente, el muro y los últimos seis o siete kilómetros han sido realmente duros. He sufrido mucho. Iba pensando todo el rato en Río, pero yo iba mal, ellas iban mal y no estaba tan fresca como para poder cogerlas".