A Alberto Suárez Laso le faltó una vuelta para colgarse una medalla de oro en el mundial de atletismo paralímpico que se está disputando en Doha. Para el asturiano cinco metros son como un aperitivo, acostumbrado a competir enlargas distancias. Pero la medalla de plata le dejó un buen sabor porque a falta de mil metros se veía fuera del podio. Cumplidos sobradamente los objetivos de esta temporada, con la clasificación olímpica y la plata mundialista, Suárez Laso ya solo tiene ojos para Río-2016.

"Fue una carrera rara", reflexioa Alberto Suárez Laso (La Foz de Morcín, 19 de diciembre de 1977) dos horas después de su espectacular remontada en las tres últimas vueltas de la prueba de 5.000 metros para atletas con deficiencia visual (categorías T12 y T13). "Como la carrera empezó un poco lenta tuve que tirar un poco para ver si alguien se decidía a arriesgar", añade. Y así fue al paso por el tercer kilómetro, cuando el gran favorito, el marroquí Amin Chentouf, pegó un tirón brutal que rompió el grupo y le permitió tomar una ventaja que parecía definitiva.

Aunque bajó al quinto puesto, Alberto Suárez nunca se dio por vencido: "Como buen maratoniano, siempre voy de menos a más". Así que cuando, a falta de 900 metros, Chentouf dijo basta, el asturiano inició la gran remontada: "Dos días antes, en el 1.500, había visto a Chentouf cojear y correr un poco incómodo. Era el favorito número 1 porque en Londres había hecho 13.53, pero las circunstancias de la carrera en Doha eranduras para todos por el calor y la humedad".

Chentouf es el gran rival de Suárez Laso en los últimos años, capaz de dominar en las pruebas de fondo de pista y también en el maratón, prueba en la que es el actual campeón del mundo al batir al asturiano el pasado mes de abril, en Londres. "El dolor que se siente en carrera es diferente, con la adrenalina piensas que vas a aguantar", añade Suárez Laso sobre la presunta mala condición física con la que afrontó Chentouf la final de los cinco mil metros de Doha.

Pese a que la distancia era importante con los dos primeros en ese momento, el canadiense Guillaume Ouellet y el marroquí Youssef Benibrahim, Suárez Laso inició su remontada hacia el podio, seguido como una lapa por el japonés Horikoshi, un atleta que suele tener a Suárez Laso como referencia. Tanto forzó que se derrumbó al cruzar la línea de met: "Vi que llevaban a Horikoshi en camilla. Es difícil correr con este calor. Todos estos días salía a entrenar a las seis y media de la mañana y ya costaba".

Suárez Laso superó a Benibrahim en la recta final, pero llegó tarde para optar al oro, que se colgó Ouellet: "Cuando le di la mano en la meta vi que estaba bastante tocado. Una vueltina más me hubiera venido muy bien". En cualquier caso, Alberto Suárez afirma que "siempre presta recibir medallas. Y más cuando llevas muchos meses entrenando, lejos de la familia. La medalla es para ellos y para mi entrenador, Chus Castaño, que se merece todo el reconocimiento. Y también para los que se conectaron a internet para ver la carrera".

Tras cumplir sus objetivos en 2015, todos los esfuerzos para el próximo año se centran en la maratón olímpica: "Mi metabolismo está adaptado a los 43 kilómetros y Chus no quiere que desperdicie fuerzas bajando al 5.000, aunque también me beneficia para sacar una punta de velocidad en finales apretados".