La normalidad se instauró en el clásico entre Real Madrid y Barcelona, que, envuelto en unas tremendas medidas de seguridad, se desarrolló sin ningún tipo de incidente. El encuentro se inició tras un emotivo homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del pasado día 13 en París, con la Marsellesa sonando a piano por la megafonía del Santiago Bernabéu. Una bandera de Francia de grandes dimensiones ocupó gran parte del lateral del estadio madridista; otras aparecían en los dos videomarcadores. En el círculo central, en línea, titulares y suplentes de Real Madrid y Barcelona con sus respectivos entrenadores, Rafa Benítez y Luis Enrique, y los cuatro colegiados. Todos unidos ante el terrorismo en un minuto de silencio respetado por todos los aficionados que llenaban el estadio.