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AL PALO

Esto es como termina

Al menos fueron cuatro apellidos en el Bernabéu. Porque ahí pudo nacer otra película con récord de taquilla y récord de apellidos. Nació otra cosa; mejor se multiplicó un virus ya existente: el "guaysmo", que viene del equipo guay. Una muchachada que juega de cuando en cuando y que, cada vez que lo hace, tiene una sobredosis de guaysmo en vena inyectada por sectores varios, casi todos amantes de los volúmenes dos y tres de tal doctrina, donde, resumido, se dice: "Somos majos, somos estupendos, humildes, jugamos por amor al fútbol y, claro, somos guays".

Una vez puesta a esta muchachada en su sitio, lo peor de estas derrotas son los análisis de los cardenales de la reflexión futbolística, léanse los guionistas de "Al Palo" (uno de ellos se dio de baja tras el golpe del sábado. Quedó grogui y no recupera); hay otros de filosofía dura, que no pura, y los más, de revanchas guardadas para estas ocasiones. Pero no queda otra que chupar rueda (y leches) una vez visto el plan del Madrid, que es como para echar a correr sin mirar atrás. Primer aviso a Florentino; para Benítez, ya ni eso: la afición se saltó el escalafón y fue directamente a la moqueta del palco. Seguramente ahora se preguntará el personal dónde está Carlo, que ganó la Décima; seguramente se preguntará qué fue de Kroos, aquel mozo de Chamberí el pasado año, que en éste parece no saber si se encuentra aquí o en un campo de la Regional alemana; qué fue de Ronaldo, de Modric y Danilo, que se fue antes de llegar. En todos estos descensos de rendimiento algo tendrá que ver también el entrenador. O, peor, lo mismo son los jugadores, que tomaron vacaciones antes de empezar. Es decir, hay un triángulo peligroso: palco, entrenador y jugadores. O sea, un desastre. En todo caso nunca peor que los guays, que tienen lo suyo.

Eso sí, Florentino debe hacérselo mirar porque bajo su mandato le meten al Madrid unos meneos nunca vistos. En fin, esto es como termina, aunque siempre puede terminar peor. Es muy urgente que alguien se dé cuenta de que de lo que se trata es de jugar al fútbol; no de tácticas, contratácticas y otras poses insulsas que nada de provecho dan.

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