Andrés Miso intenta adaptarse rápido a un montón de novedades. El nuevo jugador del Unión Financiera ha llegado a Oviedo con el invierno. Un veraniego noviembre se fue de golpe y sin avisar y dejó pasó a la lluvia y al frío más propios de esta época. A Miso, en el colmo de la mala fortuna, justo ahora la ventana del coche se le bloqueó y ayer se pasó la tarde en el taller tratando de arreglarla. "Como para andar con el cristal bajado", decía con buen humor este experimentado jugador madrileño.

En Oviedo, una vez resueltos sus problemas mecánicos, Miso tratará de arreglar también una temporada que no ha empezado bien. A los 32 años, se quedó sin equipo después de 14 años seguidos jugando en la ACB. Una situación extraña que le ha obligado a bajar un escalón y tratar de retomar su carrera desde la LEB Oro. "Al club le venía bien que viniera porque tenía bajas y a mi también porque después de un periodo de inactividad necesito coger ritmo. Es una situación idónea para ayudarnos los dos", resume este escolta, que también puede jugar de base.

Todo ha ido a gran velocidad en su incorporación del Unión Financiera. Miso llegó el miércoles por la noche, hizo un par de entrenamientos y el sábado ya estaba jugando con el equipo en la derrota (68-74) ante Palencia. "Para mí es todo muy nuevo, el otro día ya jugué un rato y tuve que hacerlo de base con solo dos entrenamientos, de ahí que estuviera un poco perdido", reconoce. A pesar de todo, el jugador tuvo tiempo de dejar detalles de su talento, como una asistencia a Kevin van Wijk mirando al tendido que encandiló a la afición de Pumarín.

"Espero que haya muchos más de esos", comenta el jugador, al que la derrota del otro día le dolió como si llevara toda la vida jugando en Oviedo: "Me falta ritmo, hice todo lo que pude ante Palencia pero no fue suficiente. Espero entrenar bien esta semana y estar mejor ante el Melilla". Y es que a Miso le preocupa defraudar a una afición que le ha recibido con los brazos abiertos: "A lo mejor había gente que pensaba que iba a llegar y a meter veinte puntos; me va a costar un poco, pero sé que tengo calidad suficiente para jugar en esta categoría y espero pronto tener más ritmo de competición", añade.

A la hora de fichar por el Unión Financiera, Andrés Miso quiso anteponer la honestidad a su currículum profesional: "No iba a venir aquí para estar tieso. La primera vez que hablé con Carles Marco le pedí que me dejara entrenar un tiempo para venir cuando estuviera bien. Él lo entendió, ha sido jugador hasta hace poco y él es una de las razones de que esté aquí. Mi situación es complicada, después de 14 años en ACB en los que siempre había encontrado equipo me he visto en una situación difícil y sé que él entiende lo que siento".

Andrés Miso tiene muy claro cuál es su objetivo en Oviedo: "Ayudar al equipo. Si vengo es para ayudar y no para ser un estorbo o alguien perjudicial. Quiero intentar ganar todos los partidos que juegue aquí", añadía.

Lo que menos preocupa al madrileño es en qué posición le vayan a poner: "Es lo que he hecho toda mi vida, puedo jugar en las tres posiciones exteriores. Estoy a disposición del entrenador, como si tengo que jugar de cuatro. No sería la primera vez".

Cinco temporadas en Estudiantes, una en Fuenlabrada, tres en Sevilla, una en Zaragoza, dos en Murcia, otra en Estudiantes, la pasada en Fuenlabrada y un verano a las órdenes de Obradovic en el Fenerbahçe antes de llegar a un Oviedo en el que "se trata muy bien al jugador" y donde Andrés Miso busca retomar el vuelo y ganarse el corazón de Pumarín.