El Unión Financiera parece tener reservada toda su garra esta temporada para los encuentros de Pumarín. La imagen de ayer en Lugo, donde los de Carles Marco caían por 88-81, no fue tan triste como la ofrecida en otras visitas como a Logroño o Melilla, pero el equipo juega a tirones y le falta la constancia necesaria para afianzarse en la zona alta de la tabla. A tres minutos del final los nervios llegaron a atenazar a los locales y el conjunto carbayón llegó a situarse a un solo punto en el marcador (77-76), pero la precipitación entonces le condenaba a una nueva derrota.
El conjunto ovetense respondió al 5-0 inicial del Breogán con un par de minutos excelsos en el que lograba un 0-10 de parcial. Cinco triples (dos de Swing y Miso, uno de Hearst) permitieron en ese cuarto a los de Marco (8-13 como máxima renta) estar por delante en el marcador hasta el último segundo (20-20).
Pero los triples son muchas veces una moneda que se tira al aire. El acierto desapareció en el segundo parcial (sólo un acierto de tres a cargo de Van Wijk), los nervios hicieron acto de presencia y la precipitación fue hundiendo al Unión Financiera en el marcador, que llegó a acumular una desventaja máxima de nueve puntos (39-30, 45-36) que dos tiros libres de Miso reducían al 45-38 a las puertas del descanso.
Una falta antideportiva de Swing tras un balón perdido permitió al Breogán al inicio del tercer parcial romper la barrera de los diez puntos a su favor. Y los lucenses vivieron un cuarto cómodo en el que llegaron a tener una máxima ventaja de 14 puntos (57-43, min. 24) que entre Miso y Van Wijk recortaban al 66-57 con el que terminaba el parcial, en el que la peor imagen la dejaba un Cabanas que desperdiciaba cuatro tiros libres, uno de sus lanzamientos sin llegar siquiera a tocar el aro.
De nuevo una antideportiva, en esta ocasión de Víctor Pérez, permitía al Breogán volver a superar el listón de los 10 puntos (71-59, 73-61), pero cuando tenían el partido inclinado claramente a su favor se les fundieron los plomos y el Unión Financiera sacó tajada, aprovechando las personales y las antideportivas locales para acercarse al 74-71 (min. 34).
Y a un punto estuvieron los "financieros" a tres minutos del final tras dos nuevos tiros libres convertidos por Miso (77-76), pero entonces un error en el pase del base y una posterior antideportiva cortando el contragolpe local de Van Wijk permitieron al Breogán encontrar el oxígeno que le estaba faltando y llevarse la victoria por 88-81 después de que el técnico local, Lisardo García, tuviera el feo detalle de solicitar un tiempo muerto cuando únicamente quedaba un segundo para finalizar el encuentro.