Arbeloa manda a Piqué al Club de la Comedia. Piqué le hace caso y cuenta un chiste sobre sus cono-cidos. Y así, hasta la próxima ocurrencia debidamente planificada para lucirse ante los micrófonos o en la cuenta de Twitter. Juegos de niños malcriados, tonterías que quedan en evidencia cuando poco después del central barcelonista aparece por la zona mixta Sergio Busquets y nos reconcilia con el fútbol. El fútbol de verdad, a ras de césped, no el de las etéreas redes sociales. Porque Busi, después de dos meses impecables, pasó mal un balón. Y ese balón acabó en la red de Bravo, con la pérdida de dos puntos para el Barça. "La culpa es mía", vino a decir Busquets, que esta temporada ha heredado algo más que el "5" de Carles Puyol. No es casualidad que sus compañeros le hayan elegido para representarles como uno de los capitanes. Mientras queden tipos como él hay que mantener la esperanza en un fútbol mejor. De momento, con su seriedad ha echado el candado al Club de la Comedia, aunque mucha gente utilice el fútbol para reírse. De los demás, claro.