De todos los clavos ardientes a los que se ha agarrado el Real Madrid para intentar tapar su bochorno copero, el más llamativo -por no decir otra cosa- es el que invocaba a la incapacidad del Cádiz para denunciar la alineación indebida de Cheryshev por tratarse de un equipo de Segunda B. Los servicios jurídicos del Madrid están en su papel de buscar cualquier resquicio legal para liar a los comités correspondientes. Pero no deberían llegar a estos extremos, aunque sólo sea por respeto a un rival que se ha limitado a reclamar sus derechos por las vías que tiene a su alcance. Si el Cádiz estaba legitimado para participar en la Copa y el Madrid lo aceptó como rival, no puede venir ahora con estas ocurrencias. Porque el señorío también se demuestra con la ley en la mano.