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Zidane se asoma a la Liga real

Primer tropiezo del técnico francés, que no encontró soluciones frente a un Betis que defendió su gol tempranero con garra, suerte y un Adán estelar

Benzema cae derribado por Petros en el área bética, con Molinero y Pezzella en la jugada. MARCELO DEL POZO / REUTERS

Un Betis atrevido al principio y heroico durante todo el segundo tiempo dio a Zinedine Zidane la bienvenida a la Liga real. Después de dos sesiones de baño y masaje en el Bernabéu para empezar, el entrenador madridista vivió 90 minutos de fútbol en la trinchera. Desde la banda fue un espectador privilegiado del gol de Cejudo y, a partir de ahí, contempló las dificultades de sus jugadores para dar un solo paso sin sentir el aliento en el cogote del rival. Tiró el primer tiempo el Madrid y después, cuando empotró al Betis en su área, tardó en perforar la puerta de Adán, que contribuyó decisivamente a que su exequipo cogiera el AVE con una sensación de fracaso.

Zidane metió mano en la alineación con dos decisiones que, visto lo visto, lastraron al equipo. Eligió a James para sustituir a Bale, pero en vez de aprovechar las condiciones del colombiano para apuntalar el centro del campo le situó arriba, en una posición que le va mucho más a Jesé. Jugando de espaldas a la puerta, rodeado de camisetas verdiblancas, el colombiano estuvo desaparecido hasta el gol del empate, cuando Zidane ya había decidido sustituirle. El otro retoque, Danilo por Carvajal, fue más sorprendente porque el lateral español había sido de los mejores en los dos partidos anteriores.

Danilo defendió mal y tampoco aportó mucho en ataque. No fue casualidad que los mejores momentos del Madrid llegaran tras la entrada de Carvajal. Por entonces, con el Betis con la lengua fuera y achicando balones sin ton ni son, el partido sólo se jugaba en una dirección. En realidad así había sido desde que en el minuto 6 Cejudo enganchó una volea que se coló por la escuadra poco después de que Keylor evitara el gol de Rubén Castro. El Madrid asumió el mando, con mucha paciencia y ese juego elaborado que pide Zidane, con Modric como lujosa correa de transmisión. Pero hasta el descanso la producción atacante no pasó de un remate cruzado de Cristiano tras pared con Benzema y de un cabezazo desviado de Pepe.

Eso sí, el Madrid tuvo motivos para irse al vestuario enfadado con Martínez Munuera, que además de ser condescendiente con las brusquedades bético se dio mus en un pisotón de Petros a Benzema en el área delante de sus narices. Fue, en general, un primer tiempo frustrante para el Madrid, que echó de menos la magia de dos de sus mejores peloteros, Isco y James, desparecidos totalmente.

El segundo tiempo fue otro cantar. Nada más poner el balón en juego, el Madrid se tiró al cuello del Betis. Con el mismo cuidado por el balón y mucha más intensidad. Siguiendo el compás de Modric, el equipo ayer vestido con un gris que parecía de camuflaje se lanzó a por la remontada. El Betis, impotente, sólo podía frenar el chaparrón con sustituciones que se prolongaban una eternidad. Una ocasión fallada por Carvajal, tras un cambio de juego milimétrico de Marcelo, fue el anuncio del empate, para lo que tuvo que mediar colaboración arbitral. Porque el juez de línea no vio el fuera de juego de James, que el colombiano aprovechó para regalarle el gol a Benzema.

Quedaban veinte minutos y nadie daba un euro por un Betis asfixiado y temeroso. Pero entonces llegó el turno de Adán. Aquel portero utilizado por Mourinho en su guerra con Casillas se reivindicó con dos paradas consecutivas de tronío, para desviar un cañonazo de James y un remate a bocajarro de Benzema. Había pasado lo peor para el Betis, que al final incluso rozó una victoria que ni soñaba, con una escapada del invisible Rubén Castro y un pisotón de Varane a Ceballos que tampoco vio el árbitro.

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