"Hay que demostrar desde el principio que tenemos más ambición que ellos, que tenemos más ganas de lograr esa medalla de oro, para lo que hay que estar muy metidos siempre en el partido. Saber que cada balón, cada defensa y cada ataque cuenta". Son palabras del asturiano Raúl Entrerríos en la víspera de la final continental que enfrentará hoy en Cracovia (Polonia) a España con Alemania. Y es que los "Hispanos" tienen hambre de oro; de oro continental. España es doble campeona del mundo (2005 y 2013) pero no tiene en su palmarés el título de Europa. Luchó tres veces por conseguirlo y las tres hubo de conformarse con la plata. En 1996 cayó en la final ante Rusia; en 1998 frente a Suecia y en 2006 con Francia. Alemania, por su parte, tiene tres títulos mundiales (1938, 1978 y 2007) y uno de Europa, en 2004.

Esa deuda con el oro continental, y el premio añadido para el campeón del único billete directo para los Juegos de Río sin pasar por el preolímpico, es la que se quiere cobrar hoy un conjunto español (17.30 horas, La 1) que ya superó al germano en el debut de ambos en la fase de grupos: 32-29 entonces para los de Manolo Cadenas.

Pero harán bien los "Hispanos" de no confiarse de esta joven Alemania que ha ido creciendo a lo largo del torneo. Y es que el grupo que dirige el islandés Dagur Sigurson ha contado a partir de entonces sus partidos por victorias: 27-26 a Suecia, 25-21 ante Eslovenia, 29-19 ante Hungría, 30-29 a Rusia, 25-23 frente a Dinamarca y el 34-33 que lograba en la prórroga ante Noruega en semifinales.

Sigurson y Cadenas coinciden en manejar la misma fórmula magistral para el balonmano: defensa y contragolpe. A ambos equipos les cuesta atacar en estático; ambos son letales a la carrera. Además España, como reconocía el capitán Entrerríos, tiene menos físico que sus rivales, por eso debe evitar los choques directos y buscar esa "pase extra" que logre posiciones francas para los extremos o el pivote.

En la portería alemana Andreas Wolff ha "robado" la titularidad al veterano Lichtlein con actuaciones que le han convertido en uno de los mejores guardametas del torneo. España, por contra, no tiene uno sino dos inmensos jugadores bajo palos: Arpad Sterbik y Gonzalo Pérez de Vargas, quien cerraba la victoria en semifinales ante Croacia (33-29) con una doble y antológica parada a Luka Cindric en un lanzamiento de penalti y el posterior rechace.

El de hoy será el partido número 38 entre ambos desde la reunificación alemana, con un balance hasta la fecha de 28 triunfos de España, seis de Alemania y tres empates. En grandes campeonatos la selección germana lleva nueve años sin imponerse a España. La última ocasión en la que lo consiguió fue en el Mundial de 2007, en el que ejercía de anfitrión y se llevó el título tras apear a los "Hispanos" en cuartos de final. Después de aquel día, España se imponía al cuadro alemán en el Europeo de Noruega de 2008, en el Europeo de Austria de 2010, en el Mundial de Suecia de 2011 y en el Mundial de España de 2013.