Gijón, Dani BLANCO

El Avilés navegó con certeza en el encharcado terreno de juego de La Cruz. El conjunto de Pablo Lago se adaptó a la perfección para superar al agua, el frío, el barro e incluso el granizo para lograr una contundente victoria por 1-6 ante un Ceares que continúa en su dinámica negativa. Los gijoneses cumplen ya una vuelta completa sin lograr el triunfo como locales.

Pese a ello, en el comienzo del encuentro, el conjunto de Iñaki Eraña parecía entrar con el pie derecho, dispuesto a poner fin a su mala dinámica. No en vano, una triangulación entre Aitor y Cris fue cortada en boca de gol por Jorge Fidalgo, que se adelantó a Chus Naves para evitar el remate a bocajarro del jugador cearista. El Avilés no llegaba a la meta de Davo, pero una indecisión entre el guardameta y Fonso acabó con el balón en los pies de Jorge Rodríguez que se encaminó hacia la portería vacía para hacer el primer tanto del partido.

El agua jugó un papel importante en el transcurso del partido, dificultando el juego combinativo. Pese a ello, ambos equipos lo intentaron con bastante acierto. A las puertas del descanso, Óscar Ruiz conectó con potencia y colocación un fuerte disparo al borde del área que ampliaba la renta avilesina.

En la reanudación, el portero Davo fue suplido por una hipotermia que hacía debutar al juvenil Álvaro. El portero del Ceares cometió penalti sobre Nacho Méndez, pero Jorge Rodríguez estrelló el balón en el larguero. El delantero del Avilés se desquitó al rematar con acierto un centro desde la izquierda de Álex García. Fueron los mejores minutos del Avilés, volcado al ataque aprovechando las líneas adelantadas del Ceares. Un minuto después del 0-3, llegaría el cuarto por medio de Álex García, que se aprovechó de un balón muerto en el área pequeña.

El Ceares fue todo pundonor y obtuvo el gol del honor por medio del juvenil Mikel, que en su primer contacto con el balón cruzó con la puntera el esférico lejos del alcance de Guillermo. Fue la única concesión del Avilés, que lejos de acomodarse aún amplió su marcador. El quinto llegó en una falta lateral golpeada con maestría por Matías y la goleada se cerró tras un contragolpe que, a la tercera, acabó con el tanto del central Pantiga. Fue el broche a un encuentro marcado por la meteorología en el que el Avilés se movió como pez en el agua.