La penúltimo oportunidad de podio para la representación asturiana en Río de Janeiro irá a lomos de "Carlo 273", el caballo del avilesino Sergio Álvarez Moya. A partir de las 3 de la tarde, Álvarez Moya será uno de los 35 finalistas en el concurso individual de saltos. Todos partirán de cero y, tras una primera criba, los veinte mejores lucharán por las medallas y por los diplomas. Gómez Noya contará con el apoyo de sus familiares más cercanos, que se han desplazado a Río.

"Será como un gran premio de Aachen o de Calgary", dice Álvarez Moya en referencia al sistema de competición olímpico. "A la segunda vuelta pasan los veinte mejores. Y en caso de empate para medallas habría que hacer un desempate". En declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, el avilesino recalcó que "mi caballo está muy bien. Se adaptó sin problema a la pista y saltó bien todos los días". Y aclaró sobre su único derribo en las tres rondas de clasificación: "En el último salto del miércoles di un tranco más, de cara a la final, para que Carlo esté un poco en el sitio, que no se ponga muy caliente, que me haga bastante caso".

Asegura que en la final de hoy no hay secretos: "Hay que montar bien y tener el día, que la suerte esté de cara. Que la barra que roces no se caiga. Podemos pelear con todos y disputarle el desempate a cualquiera. Pero no hay que pensar mucho en los demás, sino en hacer un buen plan". Sobre su primera experiencia olímpica señala: "El suelo de la pista es muy bueno y los recorridos del jefe de pista, acertados. El ambiente entre los aficionados ha estado muy bien porque las gradas del estadio se han llenado prácticamente todos los días".