La medalla de bronce de Carlos Coloma en la prueba de montain bike de los Juegos Olímpicos de Río fue un premio personal para el ciclista riojano, pero también un reconocimiento internacional de primer orden para la fábrica avilesina de bicicletas MMR, que demostró en Brasil "la calidad del producto y que en Asturias se construyen bicicletas para competir al máximo nivel", en palabras de Aida Nuño, la responsable de prensa de la marca.

La montura que le dio a Coloma la medalla, además del noveno puesto de David Valero y el 25º del argentino Catriel Soto (sus compañeros de equipo), es una bicicleta de carbono Rakish SL, la versión ligera del modelo, que está a disposición del público en los más de cien puntos de venta oficiales repartidos por España -entre ellos en Avilés, Gijón, Oviedo y Pola de Lena- con un precio de 6.000 euros. En Río sólo la utilizaron los tres representantes del MMR Factory Racing Team, pero en pruebas de la Copa del Mundo y otras carreras nacionales e internacionales hay corredores que también la utilizan.

La marca avilesina tiene un gran prestigio internacional y sigue creciendo año tras año con pasos muy firmes. "Para nosotros es un reconocimiento al trabajo y un orgullo poder estar ahí porque damos mucha importancia al aspecto competitivo y los resultados son un impulso para seguir ahí", exlicó Aida Nuño.

Ángel Gómez, Litu, es el director del equipo, el mecánico de Coloma y posiblemente quien mejor conoce al medallista riojano, que lleva tres años utilizando material de MMR y dos integrado en la estructura del equipo impulsado por la marca. Litu es cántabro, vive en Avilés y no estuvo en Río porque en la selección española no admiten gente de los equipos aunque, precisa, "mandamos el mejor material posible para evitar sustos".

Litu define a Coloma como una persona de "muy bien corazón", que hizo muchos amigos en el ciclismo. "Es muy familiar. Tiene dos niños, Carlos y Luca, de los que hablan continuamente y a los que ha transmitido su pasión por la bicicleta de montaña". Fanático del boxeo, que practica como aficionado, es un admirador del mítico Mohamed Ali. No habló con él tras lograr la medalla, "sólo un par de bromas por wasap" y tendrán tiempo para celebrarlo dentro de 15 días en Andorra, en la Copa del Mundo.

Coloma, de 35 años, es de Albelda de Iregua, a 15 kilómetros de Logroño, y visita la fábrica de Avilés periódicamente. Ya tenía un diploma de Londres, pero se rompió la clavícula en una caída cuando preparaba una prueba en Alemania en 2013 y la lesión le impidió correr todo el año. Eso le relegó en el ranking y tuvo que luchar mucho los tres últimos años para remontar. "Otro habría dejado la bicicleta, pero él siguió y pudo remontar porque este año le salió todo redondo hasta lograr la medalla. Lo hizo todo en tres años y con el tiempo muy justo", explica Luca.