El grueso de los deportistas españoles que han participado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueron agasajados por los centenares de aficionados que les esperaban en la T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Fue un día importante para todos y en especial para los que volvían con medallas colgadas al cuello, como es el caso de Mireia Belmonte, Carolina Marín y Ruth Beitia.

Tras el reconocimiento conjunto en Madrid, Belmonte y Beitia tuvieron un homenaje en sus puntos de destino, Barcelona y Santander. A su llegada al aeropuerto de El Prat, Belmonte ha dicho que espera estar presente en Tokio dentro de cuatro años. Con cuatro metales en dos Juegos, para Mireia "sería un honor" ser la abanderada española en Tokio, "pero el listón ha subido muchísimo y cualquier deportista sería apto para ello", ha matizado.

Además de por varios políticos, Belmonte fue recibida por su madre, Paqui, y pudo abrazar a su perro, "London", en honor a la ciudad donde consiguió sus primeras medallas olímpicas: "Estoy muy contenta y muy agradecida por este recibimiento y por el cariño de todos. Ahora tengo ganas de estar unos días en casa, relajarme con los míos y celebrarlo", ha manifestado.

Mientras, en Santander miles de personas abarrotaron la plaza del Ayuntamiento para rendir homenaje a la atleta Ruth Beitia y la jugadora de baloncesto Laura Nicholls, que han regresado de Río con sendas medallas de oro y plata. Ambas se han visto sobrepasadas por las muestras de cariño que les han brindado sus vecinos cuando se han asomado al balcón de la Casa Consistorial, acompañadas por otros olímpicos santanderinos, los regatistas Berta Betanzos y Diego Botín, y la jugadora de hockey Beatriz Pérez. Betia ya pudo vislumbrar en el aeropuerto que el recibimiento iba a ser de campeonato. Entre besos, abrazos e infinidad de selfies, Beitia y su entrenador, Ramón Torralbo, lograron acceder al autobús descubierto que les iba a acercar hasta Santander. Desde el balcón, Beitia ha reiterado que la medalla de oro es "compartida" con Torralbo, a quien siempre denomina como su 50 por ciento.

Ejemplo para Isinbayeva. La saltadora de pértiga rusa Yelena Isinbayeva, que la semana pasada anunció su retirada, no descarta ahora su participación en los Juegos de Tokyo 2020. A sus 34 años, la rusa puso el ejemplo de Beitia, quien ha "ganado el oro en salto de altura con 37 años. Resulta que es posible ser campeona olímpica a esa edad. Sin embargo, ya anuncié mi retirada y mi intención de concentrarme en otras cosas".