Asturias es talismán para David de la Cruz (Etixx). Ayer, gracias a una larga escapada, logró su primer triunfo de profesional en el Naranco y también de paso se enfundó el maillot de líder de la Vuelta a España. Este catalán no se lo podía creer y por eso en el podio besó varias veces el maillot rojo que le arrebató a Nairo Quintana por 22 segundos. Al colombiano y a su equipo Movistar no le preocupaba mucho porque hoy se juega la gran batalla de los Lagos entre los favoritos.

La realidad es que a sus 27 años De la Cruz vivió durante la fuga desde Cistierna grandes recuerdos y motivaciones porque en 2012 acabó segundo de la general de la Vuelta a Asturias que se llevó Beñat Intxausti por 22 segundos y fue quinto en el Naranco.

Así que mayor gloria no puede tener De la Cruz, aquel prometedor ciclista que ahora se llevó el premio gordo de tener al menos un día el maillot de líder.

La grandeza de De la Cruz es que en una fuga de 152 kilómetros con diez compañeros "cazaetapas" del prestigio de De Gendt, Bakelands, Clarke, Luis León Sánchez, Geniez, Moser y Pello Bilbao, supo aguantar los ataques con pasos por puertos como San Isidro, Santo Emiliano, San Tirso, Rebollada y Manzaneda, para en este alto saltar hacia adelante con Devenyns y tras pasar por Oviedo afrontar el Naranco con ambiciones de triunfo de etapa y colocarse líder. Máxime porque el de Sabadell estaba con un retraso en la general de 2.46 y el Movistar de Nairo Quintana les dejó tomar toda la jornada más de 4 minutos de ventaja.

En las rampas del Naranco fue De la Cruz quien se sintió confiado en su pedaleo para poder ganar la etapa, mientras que Devenyns, a falta de menos de un kilómetro para meta, echó la culpa de la derrota a un problema mecánico del piñón que permitió al catalán llegar en solitario con 27 segundos de ventaja. Aunque también las malas lenguas aseguran que con Devenyns, al desaparecer su equipo suizo Iam y ya tener contrato para 2017 con el Etixx de De la Cruz, hubo acuerdo para no disputar el triunfo porque van a ser compañeros. Sólo ellos dos sabrán la verdad del último kilómetro.

La otra batalla del día fue que el Movistar no quiso desgastar mucho a su equipo porque De la Cruz no les preocupa para la general y por eso llevaron la carrera a buen ritmo, pero sin reventarse, sabiendo que hoy en los Lagos, el primer puerto de verdad de esta Vuelta, habrá el gran duelo por ver quién es más aspirante a ganar la carrera, si los Froome, Chaves y Valverde del muro de Ézaro o los resucitados Quintana, Contador de La Camperona.

Los puertos de Manzaneda y Naranco fue la vez que más despacio se subieron y sólo las ganas de Samuel Sánchez de hacer felices a sus paisanos con ese ataque de un kilómetro forzaron las piernas de los grandes. Hoy en los Lagos será otro cantar porque las rampas son muy duras y encima al día siguiente habrá jornada de descanso, lo que obligará a que todos los corredores hagan un esfuerzo supremo.