Las dos últimas veces que la selección española sub-17 se había cruzado con la alemana, el resultado había dado la razón a Lineker: "El fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y al final siempre gana Alemania". Pues ayer, en Jordania, el equipo dirigido por la asturiana Toña Is desmintió al exfutbolista inglés y se coló en las semifinales del Mundial. Las españolas jugaron sin complejos, consiguieron dos goles de margen y los defendieron con garra hasta el final.

Fieles a su carácter irreductible, las alemanas lo intentaron siempre. Pero cuando redujeron distancias sólo faltaba un minuto del descuento. Demasiado incluso para ellas. Fue, de todas formas, un minuto -y algo más- interminable para Toña y sus jugadoras. Porque la amenaza del empate despertaba los fantasmas de la última final con Alemania, resuelta en los penalties, y por el agotamiento evidente.

Mientras les aguantaron las fuerzas, las españolas jugaron bien y superaron a sus rivales. Les ayudó a creer el tempranero gol de Natalia, de físico poderoso, al cabecear un córner. En vez de guardar la ventaja, las españolas siguieron combinando con fluidez y, en el 36, aprovechando el regalo de Siems y Doege, que no se entendieron y dejaron vía libre a la más lista, Eva Navarro.

Como era previsible, Alemania salió a por todas tras el descanso. España la contuvo bien en los primeros minutos, pero el juego se volcó irremediablemente sobre el área de Noelia, que respondió a la perfección. Tras varios sustos, y alguna oportunidad de sentenciar española para sentenciar, llegó el 1-2 y la angustia final, previa a una celebración por todo lo alto, como corresponde. Hoy, del Japón-Inglaterra, saldrá el rival de las españolas en semifinales el próximo lunes.