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Una Semana De Pasada

Carso cumple y el Oviedo está en la pista de despegue

José Ramón Lete, presidente del CSD. CABALAR / EFE

Cuatro años después de la llegada del grupo Carso, el Oviedo ha pasado de ser un club en serio riesgo de colapso económico a uno de los que tienen mayor margen de maniobra de la liga profesional. A diferencia de otros inversores lejanos, que ven un equipo de fútbol como un juguete para entretenerse o como un puente para acceder a negocios de otro tipo, de momento el grupo de trabajo de Carlos Slim ha dado los pasos necesarios para que las cosas funcionen. En noviembre de 2012, el Oviedo no tenía más activo que su afición. En noviembre de 2016 se adivina una incipiente estructura, todavía con algún desajuste y una política de comunicación manifiestamente mejorable. Carso no se limitó a inyectar dinero, sino que mostró su compromiso tanto con el seguimiento día a día desde la distancia por parte de Arturo Elías como con el traslado sobre el terreno de Joaquín del Olmo. El asesor ha reconocido errores tan graves como el que desembocó en la marcha de Sergio Egea y el desmoronamiento del equipo que apuntaba, como mínimo, a la promoción de ascenso. Del Olmo tampoco es un modelo a seguir en las relaciones públicas, pero al menos ha puesto las bases para que el proyecto deportivo, a fin de cuentas lo más importante, funcione razonablemente. Con dinero, mucha gente detrás y dejando trabajar a los profesionales, el Oviedo es una apuesta de éxito segura.

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