Pocos lugares hay tan felices como el polideportivo de Pumarín cuando juega el Unión Financiera. El equipo ha ganado los seis partidos que ha disputado esta temporada en casa, donde además está desplegando su mejor baloncesto. Felicidad que comparten público y afición en una suerte de paraíso del que nadie quiere salir.

El Unión Financiera dio ayer un paso de gigante en sus aspiraciones para esta temporada, colocándose en el quinteto de cabeza de la LEB Oro, con ocho victorias y tres derrotas. El conjunto de Carles Marco lo hizo además derrotando al que hasta esta jornada era el líder en solitario de la categoría con una solvencia que hizo parecer al Gipuzkoa un equipo menor. Y no lo es. Pero es que el engranaje del equipo asturiano funcionó a la perfección en los tres primeros cuartos, especialmente en el tercero, cuando dejaron el choque casi finiquitado (59-43) de cara a un último parcial en el que se permitieron una cierta relajación.

Entre las muchas cosas positivas que dejó el encuentro de ayer destaca lo compensada que estuvo la aportación de cada uno de los jugadores de la plantilla. Todos suman en este equipo. Nadie es imprescindible, pero todos son necesarios. También es interesante destacar el crecimiento de algunos de los jugadores. Felipe dos Anjos volvió a demostrar que aprovecha muy bien los entrenamientos de la semana. El brasileño buscó posiciones de tiro a media distancia, algo que no hacía en el inicio de la campaña y que ayer fue un arma importante para los ovetenses. Dos Anjos es mejor jugador cada semana y Hernández-Sonseca está cada vez en mejor forma. Juntos pueden formar en muy poco tiempo una pareja de interiores de escándalo. También Miquel Salvó estuvo magnífico.

Es justo reconocer que el Gipuzkoa no tuvo ayer su mejor día, sobre todo en el lanzamiento exterior. Anotaron 4 triples en 31 intentos. Hasta el tercer cuarto habían fallado los 19 que habían lanzado. Un poco más de acierto les podía haber dado alguna opción de entrar en el partido. En el conjunto vasco tuvo cierto protagonismo el exjugador del Unión Financiera Lander Lasa, al que la grada dedicó un cariñoso aplauso cuando fue presentado.

Pero más allá del acierto exterior, el Unión Financiera basó su victoria en la actividad defensiva, en la constancia, en ir golpeando poco a poco a su rival hasta dejarlo sin argumentos. Un buen inicio de partido sirvió para ir construyendo una ventaja que tras los diez minutos iniciales fue de ocho puntos (22-14) y que fue creciendo hasta la renta de diecinueve (65-46) que puso en el marcador una canasta de Hernández-Sonseca cuando quedaban 8.56 por jugar.

Victoria contundente de un Unión Financiera que el miércoles (21 horas) visitará la cancha del Melilla. Pumarín volverá a abrir sus puertas el sábado para recibir a un Coruña que está también con ocho victorias. Otro día grande para un fortín en el que últimamente todo el mundo sonríe.