El partido de la tarde sabatina no significó puntos para un Sporting capaz de sumar dos de treinta y seguir a uno de la salvación. Pero ha servido para reencontrar al equipo que el mundo rojiblanco quiere ver domingo tras domingo. Y martes tras martes porque hoy es martes, aunque esto siga sin ser Bélgica. Martes de Copa del Rey en el Anfield del Piles, adonde llega el Éibar, admirable equipo que mejora con los años, como los buenos vinos de Méntrida.

Metido el Sporting en la pelea por la imprescindible permanencia, hay quien considera la Copa del Rey como un estorbo en la marcha del equipo hacia la cita del domingo, decisiva, ante el Osasuna de Joaquín Caparrós. Ése sí que es el partido clave, y no el clásico de la primera hora de la tarde del sábado. Pues bien, la Copa, y en este caso el Éibar, no es ningún estorbo, sino que es un acicate para el Sporting, que ha de reencontrarse con la victoria. El partido de esta noche habrá de ser considerado como el cimiento del que se juega el domingo ante un rival que hizo un cuarto de hora inicial de cine ante el Atlético de Madrid, que terminó ganando con claridad. El Osasuna, como el Sporting, falló un penalti clave en un momento crucial del partido cuando el marcador aún no se había movido. Son fallos primarios, en feliz definición de un admirado letrado gijonés. "En el Bernabéu no se puede fallar un penalti porque te señalan muy pocos", sentencia el referido. Y es cierto. Seguro que algún fino analista del lugar nos descubre cuántos penaltis lanzó el Sporting en la historia en el campo blanco de Madrid.

Así las cosas, habrá que seguir con toda la atención posible el partido de esta noche, que nos va a enseñar muchas cosas del nuevo Sporting que se nos anuncia desde el propio vestuario rojiblanco. "Jugando así no ganaremos la Liga", sentenció Gerard Piqué al final del partido de San Sebastián, todo un calvario para los azulgranas. Jugando así, nos salvaremos, podrán decir, y dicen, los protagonistas rojiblancos tras el partido del eterno chaparrón madrileño. Ya sólo queda que el gran timonel salga de dudas y apueste por la ocupación del campo en defensa y zona media con la fórmula de Madrid. Porque en Madrid, damas y caballeros, señoras y señores diputados, el Sporting con un solo delantero llegó más veces a la portería rival que en todos los demás partidos de este ejercicio futbolístico. No tiene que haber dudas, dicho sea esto con el máximo respeto y toda la prudencia posible.

Quedamos, pues, que el partido de esta noche no es ningún estorbo, sino todo lo contrario. Los partidos desvelan la realidad de los futbolistas. El último ejemplo, el de James Rodríguez, el colombiano del Real Madrid. Cuestionado Zidane porque no le da minutos, le dio la titularidad ante el Sporting. El fracaso del futbolista fue de tal calibre que todo indica que el partido que hizo ante el Sporting lo va a llevar al ostracismo, por encima de presiones llegadas de su país o de los aledaño del Bernabéu.

Las buenas costumbres, siempre; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿qué dice Esuperio de algunas lesiones repentinas de algunos jugadores rojiblancos? Próxima parada, Capuchinos.