Cinco aficionados aprovecharon el descanso para colarse en el palco de la grada del Suárez Puerta a modo de protesta por la situación del Real Avilés. Durante la primera parte, algunos sectores de la grada pidieron la dimisión del director deportivo, José Luis Tamargo, y éste decidió no salir en la segunda mitad e irse del campo antes de que terminara el encuentro. El nuevo director general, Pedro García, charló con los "intrusos" para calmar los ánimos cuando se personó la Policía Nacional, que tras hablar también con ellos se marchó sib actuar. Finalmente se dejó que los aficionados se quedaran.