"Me la armaron. Estaba mirando el semáforo -el cambio de luz roja a verde que indica la salida de los palistas- cuando me abrieron el cepo". Son las explicaciones de Javier Alonso Suero, encargado de tirar de la cuarta cepada en la salida del Desdcenso del Sella el pasado sábado día 5 de agosto. Alonso, que lleva más de una década realizando esa función, asegura que nunca antes vivió una incidencia parecida. "Estoy muy molesto con lo que pasó", añadió.

El mutismo se impone en todo cuanto rodea a la polémica sobre un supuesto acto de sabotaje en la cuarta cepada de salida del Descenso Internacional del Sella, en la que estaban ubicadas veinte tripulaciones de barco de equipo y otras cinco individuales, estos cabezas de serie en la modalidad K-1, entre ellos los que, a la postre, coparon las tres primeras posiciones en el podio de los vencedores del Sella, en Ribadesella.

Los vídeos que apoyan la tesis de una presunta apertura de los cepos por gente ajena a la organización de la prueba apuntan a dos personas de Cangas de Onís, quienes estaban de cuclillas en la denominada zona de seguridad, justo detrás de las palas de los piragüistas que reposaban sobre los respectivos cepos, veinticinco cada hilada. De momento, ninguna de esas dos personas, muy conocidas en el ámbito del deporte, recibieron comunicación oficial del CODIS sobre la supuesta tropelía de la que se les acusa.

Por el contrario, empiezan a salir a la luz en las redes sociales otros vídeos, igualmente controvertidos, en los que se puede observar un cierto retraso en la apertura de la siguiente cepada a la puesta en cuestión, en este caso la quinta, en algo así como seis segundos de demora con respecto al resto de los competidores.