El Barcelona denunció ayer una "campaña de desprestigio" hacia su presidente, Josep María Bartomeu, a raíz del fichaje del brasileño Paulinho, procedente de China y por el que el club azulgrana desembolsó 40 millones de euros. El portavoz de la Junta Directiva del club catalán, Josep Vives, negó que Bartomeu tuviera algún interés personal o empresarial en el traspaso, como se apuntó en algún medio de comunicación y se difundió por internet.

"Exige una reflexión colectiva la campaña de desprestigio de la que ha sido objeto el presidente del club, Josep Maria Bartomeu, en las últimas horas. Una campaña que por las averiguaciones que ha podido hacer el club es artificiosa y manipulada. La gran mayoría de las menciones no venían de Catalunya ni de España, sino fuera de Europa y de madrugada", señaló en declaraciones facilitadas por el club.

Vives hizo referencia a la campaña digital "#BartomeuDimiteYa", tendencia en la red social Twitter, y a las informaciones que apuntaban a ese presunto interés empresarial de Bartomeu. "Es una campaña que no solo implicó el querido desprestigio hacia la persona de Bartomeu como presidente, sino que provocó presiones y amenazas a él personalmente y también a su entorno familiar", apuntaló.

"El club continúa trabajando cada día en sus prioridades deportivas y de gestión. Somos como no podía ser de otra manera sensibles al estado de ánimo, deseos y opinión del socio y sabemos sus anhelos, tenemos retos muy importantes por delante, que son muy ambiciosos, y solo los podremos conseguir desde la tenacidad, responsabilidad, serenidad y confianza", concluyó Vives.

Bartomeu es socio y consejero delegado de Adelte Group, compañía dedicada a la construcción de pasarelas, conocidas como 'fingers', para puertos y aeropuertos. En la citada campaña, se apuntaba que podría haber intereses entre la empresa de Bartomeu y Evergrande, propietaria del Guanzhou. El Barça negó en un comunicado, emitido también ayer, cualquier interés en este sentido y atribuyó todo a una "campaña de desprestigio".