Mejor jugador, mejor defensa, mejor centrocampista, premia la UEFA al Real Madrid. ¿Por qué no mejor entrenador? Porque es necesario negarle el pan y la sal a Zinedine Zidane. Lo más que uno llega a escuchar es que el francés es muy buen gestor de grupos porque no se pueden negar la realidad de los títulos pero siempre delimitando sus méritos para no tener que decir que es un gran entrenador. Sabio, tranquilo, astuto, trabajador, serio, sin hacer ruido en las ruedas de prensa pero atronando los oídos futbolísticos con el juego del Real Madrid.

Aún con las copas y títulos muchos críticos no terminan de expresar un reconocimiento redondo sobre Zizou. Supongo que hay variadas razones aunque me parece que una de ellas e incluso la más importante de todas es que tildar a Zidane de mejor entrenador de Europa y al Madrid como mejor equipo es también decir que tiene el mejor presidente y, eso señores, ya es más complicado para muchos que ven en el francés un producto genuinamente florentinista, una apuesta del presidente, un acierto de Pérez y una pica más en el Flandes del estrellato blanco.

No necesita Florentino Pérez muchos defensores porque las cifras están ahí. Sólo se necesita leer entre las líneas de sus actuaciones para comprender como ha ido diseñando primero un club moderno y luego una plantilla ganadora. Atrás quedan aquellos años convulsos de los galácticos donde mimó más de lo deseado a los jugadores. Unos mimos que devoraron su primera etapa presidencial y que abocaron al Real Madrid a las manos de gente extraña y muy peligrosa que tenían en figurar su verbo de cabecera.

Esta segunda etapa comenzó por una carretera secundaria con el mejor Barcelona de la historia dominando todo el ancho del camino para llegar a una autopista en seis carriles en la que sólo se ve a los culés por el retrovisor. Primero con grandes fichajes y luego, con la sabiduría que da la edad y los errores cometidos, el trabajo para crear equipo y peinar el mercado y conseguir nuevos talentos que apuntalan y mejoran un bloque caro con fichajes baratos pero con una calidad descomunal.

Florentino Pérez ha volteado al Madrid para parecerse a aquel Madrid en blanco y negro que reinaba en Europa. Ahora lo hace en color y eso duele aún más porque no queda ni el recurso a reírse de la escala cromática. Criaturas.