Los estilos del Atlético de Madrid y el Barcelona confluyeron en un empate en el Wanda Metropolitano, escenario de un duelo intenso, ideado desde la defensa por el conjunto rojiblanco e igualado por el equipo azulgrana desde el ataque y un gol de Luis Suárez, que respondió al trallazo de Saúl en el buen inicio local. Un punto para el líder, conseguido en el tramo final.

El partido empezó con una genialidad de Messi, que a los 29 segundos se plantó en el área pequeña. No fue gol por unos centímetros. Luego se vio mucho menos a Messi en las zonas concluyentes, mientras que el Atlético demostró determinación en dos remates de Griezmann, ambos salvados por un imponente Ter Stegen. En ese tramo se jugaba más a lo que diseñó Simeone que a lo que quiso el Barça, hasta que Saúl lo corroboró con un golazo desde el borde del área, inalcanzable hasta para Ter Stegen.

Un golpe reafirmante para el Atlético que exigía, a la vez, un replanteamiento al Barcelona, con tanto balón como poca profundidad que no volvió a rematar hasta el minuto 55 con un derechazo de Luis Suárez repelido por Oblak. Poco después, Messi lanzó una falta al poste. Entonces sí se sintió mucho más inquieto y cansado el Atlético, más presionado por la posesión del Barcelona, con un par de tiros de Messi para sumar a las estadísticas ofensivas de su equipo, ya muy por encima del primer tiempo, al filo del empate con veinte minutos por competir.

El enésimo desafío de resistencia para el conjunto rojiblanco, rearmado en medio campo con la entrada de Thomas por Carrasco, y un estresante reto para el Barcelona, frustrado primero por Oblak y completado en parte después, con un punto, con un cabezazo de Luis Suárez que premió la inaguantable insistencia del equipo azulgrana.