"Fueron ellos". Así de sincera fue la respuesta de Carles Marco en la rueda de prensa posterior al partido cuando se le preguntó qué fue lo que le dijo a sus jugadores para que dieran un cambio tan radical en los diez últimos minutos del encuentro. Ellos y una afición que ayer jugó un papel determinante en la remontada: "Si tenemos a esta afición, que nos empuja como nos empuja, y no lo aprovechamos... Eso sería algo imperdonable", aseguró el técnico del conjunto ovetense.

Carles Marco reconoció que en los tres primeros cuartos no hicieron las cosas bien, pero lo que menos le estaba gustando de su equipo era lo que transmitía: "Parecía que no dábamos el 100%"; podemos cometer mil errores pero tiene que ser como hicimos en el último cuarto, con ansia por ir a por los rebotes, con intensidad". El entrenador tiró de sinceridad para explicar que estaba "desesperado" porque nada de lo que intentó para cambiarle la cara a su equipo tuvo efecto. Hasta el último parcial.

"Necesitamos chispa", resumía el entrenador sobre el equipo, un técnico al que se vio muy contento por la capacidad de reacción que demostró su equipo. Ahora toca "seguir trabajando y hacer las cosas bien en el siguiente encuentro", añadía. Un Carles Marco que puede estar más que satisfecho con el inicio de temporada que está realizando su equipo. En el Oviedo Baloncesto solo siguen tres jugadores de la pasada temporada y en las cinco primeras jornadas de liga ya han sumado cuatro victorias, estando bien colocados en la zona noble de la clasificación.

Marco no quiso individualizar en ningún jugador el protagonismo de la remontada. Los cinco que salieron fueron los protagonistas y el único cambio que realizó el entrenador fue el obligado de Mouhamed Barro por Arteaga después de que el senegalés sufriera un golpe en los últimos instantes del encuentro. Sí que reconoció que "es fantástico ver a Cárdenas hacer lo que hizo" en ese último cuarto y también a Víctor Pérez, el capitán del equipo, "inculcar el espíritu que se vive en este pabellón" al resto de sus compañeros.

Carles Marco se fue ayer del pabellón sabedor de que les queda camino por recorrer pero feliz al ver a un equipo que demostró carácter para salir de una situación negativa: "Me fui la semana anterior (en la derrota 73-78 ante el Araberri) con la sensación de que no lo dimos todo y de que no aprovechamos lo que nos aporta nuestra afición. Si lo hacemos como en el último cuarto siempre estarán con nosotros".