"Para mí la familia es lo primero, y el equipo ya forma parte de mi familia", sentenció ayer Anselm, jugador del Real Avilés, después de marcar el gol de la victoria el miércoles ante el Llanera en el Suárez Puerta. "Estoy muy contento, tenía muchas ganas de este partido. La verdad es que lo necesitábamos", señaló el blanquiazul. Y es que además de lo deportivo, el equipo no pasa por un buen momento fuera del terreno de juego. Los tres meses sin cobrar el sueldo han hecho que varios jugadores se hayan ido. Al preguntarle por qué sigue en la brecha, lo tiene claro: "Somos una familia, si no esto sería imposible".

"Los pocos que quedamos estamos peleando mucho, estamos luchando con todo. Estamos nueve con ficha en el primer equipo y siete tienen que estar en el campo. Es duro, son muchos minutos, pero vamos a darlo todo", sentencia el jugador. Pero, además, él lo tiene un poco más difícil, porque es uno de los jugadores que llegaron al Avilés de fuera de Asturias, concretamente de Barcelona. "Ya digo que el apoyo del vestuario es básico. De hecho, ahora es cuando más unidos estamos", sostiene el jugador.

Estos días, aprovechando el puente, el equipo está de descanso -el lunes retomará los entrenamientos-, pero, al ser de Barcelona, no es suficiente descanso para que el jugador lo pase en su casa. "Los tres que estamos viviendo juntos -con Domínguez y Andrew- hacemos cosas juntos, vamos al gimnasio, nos mantenemos. Aquí estamos a lo que estamos, a trabajar, si no estaría en mi casa", sentencia el jugador.

Por esa razón, porque está en Avilés para trabajar, sobre el césped intenta dejarse la piel: "En el campo me olvido de todo de lo de fuera, solo pienso en el equipo y en el balón, es algo que siempre he hecho. Lo que pasa fuera es para otros momentos, después de los 90 minutos". En ese sentido, afirma que trabajar con el técnico Xiel está siendo positivo: "Estoy encantado. A mí me está ayudando mucho y estoy aprendiendo muchísimo de él".

Pese a que su posición natural está en la punta, esta temporada solo ha jugado en ese puesto en el partido de este miércoles, ya que suele jugar de extremo e incluso jugó en el lateral por falta de efectivos. "Llevo toda la vida jugando de delantero y estuve muy a gusto, pero lo importante es ayudar al equipo", comenta Anselm. Eso sí, ha sido estar en su sitio y marcar el 1-0 con el que el Avilés se llevó los tres puntos ante el Llanera. "Si no llega a venir esta victoria nos metíamos muy abajo. Era muy importante puntuar y más ganar. Ahora tenemos que seguir trabajando", explica el blanquiazul.

Por el momento, tiene la vista enfocada en el partido del próximo miércoles, el de Copa Federación en el campo del Burgos. "El partido de El Plantío -el campo burgalés- va a ser para disfrutar, será un partido muy bonito. Tenemos muchas ganas de jugarlo", sostiene Anselm. Después, el domingo de la próxima semana, disputarán el último partido liguero del año, en el campo del Mosconia. Y tras ese encuentro, unas vacaciones para cargar pilas y, sobre todo, desconectar y esperar que la vuelta a Asturias sea con la situación del club ya solucionada. "Tengo muchas ganas de ir a Barcelona, de estar con la familia y con los amigos, me hace mucha falta", confiesa el jugador.