Toni Fidalgo y Manuel Vega-Arango son dos de esos tipos que para quien haya estado al tanto del mundo del fútbol en los últimos años no necesitan presentación. Entre los dos suman casi 60 años en primera línea. Además, tienen una trayectoria similar: exfutbolistas, responsables de la LFP, presidentes claves en distintos momentos de la historia del Oviedo (Fidalgo) y del Sporting (Vega-Arango)... LA NUEVA ESPAÑA los reúne en Avilés, territorio neutral, para que analicen el derbi del próximo domingo en el Tartiere. Pero la conversación fluye y...

- ¿Qué partido esperan?

Toni Fidalgo (T. F.): Será muy intenso. Pero además de la importancia del resultado estos partidos tienen connotaciones de orden social de mucho calado. La intensidad será la que determinará que el resultado caiga de uno u otro lado o que se repita el empate en El Molinón.

Manuel Vega-Arango (V.-A.):

Es un partido muy especial para toda Asturias que, por desgracia, no se disputó durante muchos años. Son partidos que le dan auge a Asturias y a su fútbol. Con los dos equipos luchando por el ascenso será un choque muy trabajado y con mucha tensión. Es un partido de mucha responsabilidad que marcará la temporada.

- ¿Se atreven a dar un pronóstico?

T. F: No, son partidos absolutamente imprevisibles. Es el partido del siglo en Asturias, como serán todos si ambos equipos continúan en la misma categoría.

V.-A.: Yo tampoco me atrevo.

- ¿Cómo ven a sus equipos?

T. F.: Al Oviedo lo veo mucho más asentado, independientemente de los resultados. Está jugando mucho mejor que en el primer tercio de la competición. Anquela ha dado con la tecla. Es un equipo con capacidad de sufrimiento y con eficacia arriba.

V.-A.: El Sporting está siendo un poco irregular. Empezó bien, encajando pocos goles. El equipo que encaja pocos goles tiene mucho adelantado. Pero de pronto esto se fue perdiendo y empezó a encajar más goles de lo normal para un equipo que pretende ascender.

- ¿Habrá doble ascenso?

T. F.: Para el Oviedo, después de los años del barro y de estar en el precipicio y no en el borde, el ascenso supondría una felicidad enorme para todo el oviedismo, que lleva años de mucho sufrimiento.

- A Vega-Arango le tiene que sonar lo del precipicio.

V.-A.: Si tenemos memoria, que muchas personas la pierden, en la última etapa se pasaron canutas para ascender. El Sporting estaba en una situación caótica y bastante se hizo para mantener al equipo en Segunda. Y en 2008 se consiguió el ascenso a pesar de la situación económica, que era un auténtico desastre. Y se logró otra cosa muy importante: estar en Primera cuatro temporadas consecutivas. Que no se olvide nadie que a excepción de aquellos 21 años felices en Primera el Sporting era un equipo ascensor.

- ¿Para el Oviedo el ascenso es una ilusión y para el Sporting una obligación?

V.-A.: Es una obligación pero? El fútbol pone a cada uno en su sitio. Ya antes del derbi de la primera vuelta dije que había demasiada euforia y que esto no iba a ser un paseo militar. En Segunda hay una lucha permanente y muy intensa. Espero que tanto uno como otro asciendan. Hay que defender a tu club pero ser asturiano. El doble ascenso sería un éxito total para la región.

T. F.: El ascenso de los dos equipos tiene también una vertiente económica. Estar en Primera es un revulsivo económico importantísimo para los clubes y las ciudades.

- ¿Qué jugador consideran clave en sus equipos?

T. F. : El Oviedo hace un fútbol de conjunto, además de tener arriba jugadores de entidad goleadora.

V.-A.: Las figuras son importantes pero hay que tener un equipo consolidado. Me gusta Sergio, que está haciendo una buena labor. Y hay uno que marca diferencias en estos momentos, que es el goleador (se refiere a Santos). Y también el portero (Mariño). Nunca vi un buen equipo con un mal portero. Siempre les decía a los entrenadores: "Hazme el equipo de atrás para adelante".

- ¿A qué jugador del rival ficharían?

T. F.: Hay alguno, pero pronunciarse supondría un agravio para el jugador del Oviedo que ocupe su posición.

V.-A: Dejaría a cada uno en su equipo y en su lugar.

- ¿El mal de un equipo es el bien del rival?

T. F.: Desde un punto de vista lúdico, sí. Para un sector de la afición hay un deseo perverso de que el rival tenga mala fortuna, que descienda e incluso que desaparezca. Pero que estén los dos equipos en una misma categoría supone mucho para los dos clubes y para la región. El domingo el derbi tendrá trascendencia a nivel nacional y será más importante que cinco o seis partidos de Primera. De hecho, los taquillajes y las asistencias al campo están por encima de los de muchos equipos de Primera.

V.-A.: He vivido en Oviedo, estudiado en Oviedo y tengo mucho cariño a la capital. A muchos no les gusta que lo diga, pero lo siento. Al Oviedo le deseo lo mejor.

- Vamos, que no tienen espíritu de ultra.

V.-A.: No, no. Se puede ser sportinguista a rabiar, pero el fútbol tiene que unir y no desunir. Hay que ganar pero respetando al contrario.

T. F: Dirigiendo un club no se puede vivir con esa pasión que te hace perder la objetividad. Acabaríamos tirándonos al Támesis como Joan Gaspart.

- Madrid o Barça.

T. F.: Soy del que juega bien al fútbol, y el Barça lleva haciendo muchos años el tipo de juego que me gusta. Aunque la implicación del Barça en estas historias bufas que se traen en parte de Cataluña me molesta. Y al Madrid y a Florentino tengo que mostrarles un agradecimiento tremendo porque el Madrid no sólo vino a jugar al Tartiere en una situación lamentable de quiebra en la que estábamos, sino que compró 100.000 euros en acciones. Fue una inyección económica que además generó efecto llamada.

V.-A.: Tuve mucha relación con los dos clubes. Me deleita el juego del Barça, disfruto viéndolo jugar. Está jugando mejor que el resto. Pero a nivel interno tengo que ser del Real Madrid. Vinieron gratis, cuando nunca lo había hecho, a jugar a El Molinón por el 75 aniversario del club. Sólo había ido sin cobrar únicamente a Bilbao en el 50 aniversario del Athletic. Soy madridista.

- ¿Zidane dimisión?

T. F.: En el fútbol las cosas se reactivan con mucha rapidez. El fútbol es perecedero.

V.-A.: Soy de los que tiende a esperar y a no tomar decisiones fulminantes. Pero recordaría a los jugadores que la camiseta del Madrid es sagrada.

- ¿Quién es el mejor del mundo, Messi o Ronaldo?

T. F.: No hay duda: Messi. Estará entre los grandes: Pelé, Di Stéfano, Cruyff y Maradona.

V.-A.: Messi, Messi. Ronaldo es un gran goleador, pero Messi es desconcertante. Media hora antes de que le llegue el balón ya sabe lo que tiene que hacer.

- 222 millones por Neymar, ¿el fútbol se ha vuelto loco?

V.-A.: Loco no, chiflado.

T. F.: En el fútbol siempre hubo un punto de chifladura, que es lo que hace maravilloso este deporte-espectáculo. Pero ahora, como es el caso del PSG, han aparecido los clubes-estado. Hay que aplicar sistemas que regulen esto, sino se producirán grandes agravios como empieza a ocurrir con los jugadores de Arabia Saudí, que llegan con el patrocinio puesto. ¿Qué pasa con los clubes que no fichan a estos jugadores?

- Han sido futbolistas, presidentes de clubes, de la LFP? ¿Dónde disfrutaron más?

T. F.: Yo en el vestuario, sin discusión. Aunque hay un momento de felicidad plena cuando entre todos salvamos al Oviedo de la desaparición. Si aquella conjunción astral no se hubiera producido ahora no estaríamos hablando del Oviedo.

V.-A.: Fui feliz como futbolista. Pero después tuve momentos muy felices, y también muy ingratos, como dirigente.

- Con todo el dinero que mueve la LFP es?

T. F.: Un ministerio, una multinacional.

V.-A.: Creo que ha cambiado demasiado. Aunque la LFP para los clubes se ha convertido en su salvación. Antes plantear el sistema de ahora (el reparto del dinero de las televisiones) era imposible. No había ni debate, el Madrid y el Barça directamente se levantaban y se iban. Hubo que hacer un decreto ley.

T. F. : En la LFP Manolo (por Vega-Arango) hizo camino al andar. Eran tiempos muy difíciles porque no había normativa para encauzar a unos clubes que iban por libre. Manolo sufrió presiones gordas, pero esta historia debería contarla él.

V.-A.: La cuento, la cuento. Ser persona y honrado me costó la presidencia de la Liga. Me llegó el ministro de Cultural de la época, el señor Javier Solana (PSOE), y me dijo textualmente: "Haz lo que yo te mande o aquí vas a durar muy poco. Tú tiras con salvas y yo con fuego real".

- ¿Y por qué?

V.-A.: Era el año 83. No había el dinero de las televisiones, ni lo soñábamos, y los clubes sólo recibíamos el uno por ciento de las quinielas. Y estábamos en plena euforia socialista. Aclaro que con esto no quiero decir nada, que tengo amigos socialistas e incluso comulgo con algo del socialismo. Le dije a Solana, "ministro, los clubes lo ponen todo: el circo, los payasos, los trapecistas, las fieras? ¿Y qué les damos, el uno por ciento?". Anuncié que iba a convocar una reunión con los clubes para plantear una huelga. Me planté y como dice el refrán, "no te metas a redentor que acabas crucificado". Y así fue, me echó.

T. F.: Yo viví otro caso de injerencias políticas que fue un caos tremendo, cuando se descendió por deudas al Celta y al Sevilla a Segunda. Estaba el país medio paralizado. Muchos años después todavía se sigue arrastrando aquello con la Liga de los 22 equipos en Segunda. Si no llega estar implicado el Sevilla, el Celta hubiera bajado. La influencia de Felipe González no estaba lejana.

- ¿Los clubes han perdido independencia con la LFP?

T. F.: Quizá un poquito porque tienen una dependencia económica absoluta.

V.-A.: Está muy bien ese control (el de las cuentas, los límites salariales?).

- ¿El fútbol es ingrato?

T. F.: Si lo dice por mi caso, tanto mi consejo como yo tenemos el respaldo mayoritario de los aficionados. Desde que me hice cargo del club hubo dos etapas. En la primera, como era un club quebrado y nadie se ocupaba del Real Oviedo, pudimos trabajar. Pero en cuanto el foco de los Slim iluminó la calle Uría aparecieron las ambiciones. Y surgieron problemas continuos y zancadillas por todas partes. Pero el objetivo se cumplió: salvar al Real Oviedo. Ahora los que están lo que tienen que hacer es llevarlo a Primera División

V.-A.: ¿Quién trajo el capital (al Oviedo)? Y luego hay que ver cómo se portaron con él (en referencia a Toni Fidalgo).

- ¿Se siente Fidalgo poco valorado por el grupo Carso?

T. F.: No, no. Me hice cargo del Oviedo cuando nadie quería y me acompañó un grupo de chavales valientes sin tener miedo a lo que podría ocurrir: caer en responsabilidad patrimonial o tener que firmar el acta de defunción del Oviedo. Hemos tenido el reconocimiento social. Otra cosa son las estancias del club, que me son ajenas e indiferentes. Lo que luego aportó el Grupo Carso, que era muy necesario, fue gracias a Arturo Elías. Por mucho que digan algunos que están dentro y otros que pululan alrededor, la intervención de Carso en el Oviedo se debe exclusivamente a Elías.

- Vega-Arango tiene pendiente la presidencia de honor del Sporting.

V.-A.: Sí, pero?

- ¿Salió del Sporting como se merecía o por la puerta de atrás?

V.-A.: Son temas muy íntimos. Soy discreto y prudente. Me ofrecieron hacer mis memorias y lo he rechazado. Y siguen intentándolo. Como decía Sabino Fernández Campo, "para mentir vale más no hacerlo". Y si cuento las verdades para algunas personas iban a ser duras y difíciles.

- ¿Cómo están las relaciones con la familia Fernández?

V.-A.: Bien, bien. Tengo la conciencia muy tranquila. A mí me pasó como a Toni. En el 2002 nadie quería coger el Sporting con 60 millones de euros de deuda, y por amor al equipo, a la ciudad y porque me gusta acepté la presidencia. Se vivieron momentos muy duros: no salíamos de los juzgados.

- ¿Villar es un corrupto?

T. F.: Lo han crucificado. Villar no es un corrupto. Otra cosa es que su vida permanente en la FIFA y en la UEFA haya permitido ligerezas a algunos responsables de la Federación Española.

V.-A.: Es un hombre honrado, prudente, discreto y nada amigo de los lujos. Hizo favores a mucha gente que ahora lo ha traicionado. ¿Quién tiene el currículo de Villar en el fútbol español? Ha tenido los más altos cargos en FIFA y UEFA, pero un empresario tiene que vigilar el negocio porque "el ojo del amo engorda al caballo".