La abrupta salida de Ángel María Villar de la Federación Española de Fútbol le impulso al primer plano. Juan Luis Larrea (San Sebastián, 1953) había sido hasta entonces uno de esos trabajadores en la sombra, siempre en segundo plano como tesorero (30 años), ante una etapa, la de Villar, de marcado acento presidencialista. El fin del reinado del expresidente le stuó al frente de la Federación y, tras una experiencia breve pero intensa ("hace mucho que no trabaja tanto", explica ahora), quiere mantener su recorrido. 70 avales, los votos que necesita el próximo lunes para ganar ante Rubiales el sillón presidencial, refuerzan su candidatura. Está convencido de que ganará, dice a LA NUEVA ESPAÑA, aunque en Asturias, sospecha, los votos irán para el otro candidato.
- ¿Se ve ganando las elecciones?
-Sí, tengo avales suficientes para pensarlo. Hubo algún apoyo duplicado, pero creo que son votos que caerán de nuestro lado.
- ¿Es el candidato continuista?
-Yo no soy "Villarista", soy "Larreista". He trabajado mucho tiempo con Villar, me une una gran amistad con él, pero tengo mi propio estilo. Lo he demostrado en estos meses al frente de la Federación. El pasado 18 de julio las portadas mostraban a la Guardia Civil en la sede de la Federación. Ahora, de la Federación no se habla mal.
- ¿Qué mantendría del trabajo de Villar?
-En una balanza los éxitos se imponen a los errores que ha podido cometer. Hace 30 años la Federación estaba en unas humildes oficinas y ahora se trabaja en Las Rozas, en unas instalaciones inmejorables. Lo que más valoro es el trabajo en las categorías inferiores: somos los más laureados de Europa y federaciones como la inglesa y la alemana tratan de imitar nuestro modelo.
- ¿Qué cambiaría de Villar?
-Su distanciamiento con los organismos. Sus razones tendría, pero me gustaría acercar todas las posturas.
- ¿Cómo con La Liga? Rubiales le define como el candidato de Tebas.
-Es el único argumento que esgrime en mi contra y se ve que no me conoce: a mí no me ha manejado nadie nunca.
- Pero Tebas apoya su candidatura.
-Hay que diferencias personas y organismos. La Federación y La Liga deben ir de la mano, pero cada uno en su parcela. Los clubes de La Liga apoyan a Tebas, será por algo. Gracias a los derechos televisivos han llegado 30 millones de euros al fútbol base, y eso es mucho dinero.
- Las territoriales serán decisivas. ¿Cómo lo ve en Asturias?
-Maximino Martínez está con Rubiales, es lícito que lo haga. Ha sido un hombre fiel a la Federación durante 30 años y tengo una relación excelente con él pero no sé si diferencia entre La Liga y Tebas. Mi objetivo es acercar La Liga a la Federación.
- ¿Ha hablado con él últimamente?
-Hace unos días le vi en una reunión. Después he intentado contactar pero sin suerte.
- ¿Qué le reclaman desde Asturias?
-Nada en especial. En mis años en la Federación siempre ha habido un gran trato con Asturias. Muchos partidos de la selección se han jugado allí, tanto en Oviedo como en Gijón. Mi idea es mantener ese clima de cordialidad y colaboración.
- Vamos con algunas ideas concretas: el VAR.
-No lo solucionará todo pero sí mejorará las cosas. Se calcula que corrige de un 4 al 6% de los errores. Lo pide La Liga, lo aceptan los árbitros y la FIFA ya lo ha empleado.
- ¿Renovará el sistema de la Copa del Rey?
-Es una posibilidad que me gusta. Pero me gusta porque creo que hay una demanda al respecto. Pienso en un sistema de partido único hasta los cuartos de final.
- ¿Y la Segunda División?
-Tengo una idea en la cabeza: dos grupos de 16 equipos. La competición actual es atractiva pero muy larga con 22 equipos. Si La Liga lo ve bien, se podría pasar a 32 clubes, se podría dar cabida a históricos con una masa social importante como el Hércules o el Mallorca, divididos en dos grupos (Norte y Sur) y que los que sumen más puntos compitan después por el ascenso a Primera. La competición tendría un sistema más piramidal con 1 grupo en Primera, 2 en Segunda y 4 en Segunda B.
- El fútbol femenino.
-Hay que seguir potenciándolo, profesionalizarlo aún más. En Primera hay un nivel excelente pero haría dos grupos en Segunda en vez de los ocho actuales.
