Miguel Sánchez era un técnico metódico. Todos los lunes de aquella temporada, la 89/90, reunía a los chicos del filial, por entonces Real Oviedo Aficionados, en el vestuario para analizar los fallos cometidos el día anterior. Lo llamaba "captación de defectos" e incluía preguntas sobre las estadísticas del equipo, los rivales o el calendario restante. Sánchez quería tener a sus pupilos enchufados y el sistema funcionó a la perfección: el filial logró aquella temporada el título en Tercera División. Fue la última vez que lo hizo. Ahora, a seis jornadas del final de Liga, el Vetusta dirigido por Javi Rozada se enfrenta al reto de conquistar el campeonato de Tercera 28 años después.

La victoria la semana pasada en Luanco, ese gol de Ernesto mediada la segunda parte en Miramar, sitúa a los jóvenes talentos azules en una situación de privilegio. Comandan la tabla con 69 puntos. Ventaja insuficiente para respirar tranquilos. El Langreo es segundo con 68 puntos y el Marino, tercero con 67. Algo más alejados se encuentran Llanes, cuarto con 63 puntos; y el Cova, quinto con 61. El título parece cosa de tres en este mes y medio restante.

En ese plazo, los de Rozada deberán medirse a Colunga (12.º actualmente en la tabla), Avilés (18.º), Gijón Industrial (14.º), Condal (13.º), San Martín (10.º) y Llanes (4.º). Son las citas que le restan al Vetusta para volver a imponerse en un territorio, la Tercera División, que no conquista desde hace 28 años.

Desde el club, la valoración del trabajo de Rozada y sus hombres se dirige a otro frente, pulir joyas para el primer equipo, aunque también celebran con moderación la trayectoria liguera. "El objetivo principal de un filial es formar futbolistas aptos para el primer equipo, que estén preparados cuando se les necesite", expresa Roberto Suárez, coordinador y responsable de Metodología de El Requexón. O sea, el jefe junto a Eduardo Rergis de la cantera carbayona. "Lo que pasa que está todo relacionado", continúa Suárez; "cuando entran en la dinámica y se forman correctamente para el primer equipo, ese trabajo acaba redundando en el equipo, de ahí la buena marcha". En esta temporada de cambios en El Requexón, con la entrada de nuevos líderes, el rol del Vetusta supone una alegría inesperada: "A comienzo de temporada no nos planteábamos la posibilidad de ser primeros. Entendíamos que el cambio de estilo en la cantera, la nueva exigencia, podía ser un hándicap para tener resultados inmediatos. Pero el grupo lo entendió perfectamente desde el primer momento".

El filial del Oviedo disputa este año su 33.ª temporada en Tercera. Fue campeón en dos ocasiones, la ya comentada en la 89/90 y dos años antes, la campaña 87/88. Entonces dirigía al plantel Vicente González Villamil y logró el doble objetivo propuesto: el equipo acabó campeón por delante del filial del Sporting y además nutrió de jugadores en el primer equipo. Bango, Luis Manuel o Paco empezaron en el filial y acabaron en el primer equipo logrando el recordado ascenso de Mallorca. Además de esos dos títulos, el Vetusta fue segundo en otras dos ocasiones (95/96 y 2000/01), tercero en otras dos (1982/83 y 2014/15) y cuarto otro par de veces (1962/63 y 2002/03).

La última vez que los azules disputaron el play-off de ascenso a Segunda B fue hace tres temporadas, la 2014/15, con Iván Ania en el banquillo. Los azules cayeron de forma agónica en la eliminatoria ante el Arenas de Getxo. José Martínez, Emilio, Lucas y David González, supervivientes hoy en el Vetusta, vivieron el desenlace del choque de vuelta sobre el campo. También los ahora futbolistas del primer equipo Johannesson y Viti. Un gol en la prórroga de los vascos chafó las opciones de los azules. Ahora, con Rozada a los mandos, el Vetusta tiene ante sí una oportunidad única de aspirar al siguiente escalón: ser campeón te permite dos opciones de ascenso en las eliminatorias.