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Los jóvenes tiran de la pesca sin muerte: "Hay que mirar por el río"

El moscón Manuel Fernández Coalla, de 18 años, lo tiene claro: "Antes llevaba las capturas, ahora prefiero que vuelvan al agua"

Manuel Fernández Coalla, en la zona libre de Quinzanas de Abajo (Pravia). S. ARIAS

Algo está pasando en los ríos de Asturias. Las nuevas generaciones de pescadores llegan con una filosofía que apuesta por la conservación y sostenibilidad de los cauces y sus especies, y cada vez son más los que pescan a cucharilla o con mosca sin muerte. El ribereño del Narcea Manuel Fernández Coalla, de 18 años, es uno de ellos. "Hoy en día no hay tantos salmones como antes y tenemos que mirar por el ecosistema porque para poder seguir disfrutando de la pesca tiene que haber salmones en el río", afirma resuelto el joven, natural de Grado.

A los 4 años comenzó a ir a pescar con su padre, Joaquín Fernández, y a los 5 ya hizo su primera varada. Desde ese día no ha parado y ya es famosa su buena mano con las truchas y reos, aunque el rey del río se le resiste: "Nunca lo pesqué pero estoy detrás, es un pez muy exquisito al que hay que echarle tiempo y paciencia, también es muy importante conocer muy bien el río y la técnica, que la aprendes pescando pero, sobre todo, mirando a otros pescadores".

Esta temporada tratará de echar a tierra un salmón por el que lleva luchando caña en mano varias temporadas sin éxito y para el que ya tiene destino, el Proyecto Arca de la sociedad de pescadores "Las Mestas del Narcea" para la reproducción en ciclo cerrado de la especie y su posterior repoblación en los ríos. "Antes me llevaba las capturas, pero ahora no puedo, prefiero que esté otra vez en el agua y el Arca es de lo mejor que hubo hasta ahora. Si consigo pescar un salmón, sin lugar a dudas que lo llevaré, porque gracias a las repoblaciones sigue habiendo salmones en el río, muchos de los que salen son de repoblación y eso demuestra que están funcionando bien".

Ayer mismo trató de dar pesca a un salmón en el Narcea, en el tramo libre de Quinzanas de Abajo, cerca del famoso pozo Cabrera, uno de sus sitios preferidos en el tramo bajo del río, al que acude habitualmente para disfrutar de la pesca, una afición que dice "es muy guapa y sirve conocer sitios nuevos y gente". Y es que el Narcea es su río predilecto por la calidad de sus aguas y los buenos ejemplares que lo habitan. "Si no es el mejor río salmonero del norte de España...", apostilla.

Por eso cree que hay que cuidarlo con mimo y respetarlo para que el ciclo continúe. Incluso estaría dispuesto a no pescar durante uno o dos años para que el caudal se recupere. "Si lo vedan porque se necesitase para recuperar la especie, lo vería perfecto", asegura. Por eso no es de extrañar que si algún día consigue ser el pescador del campanu, meta a la que aspira aunque conoce la dificultad, sería duro darle muerte al salmón.

"Tendría que matarlo para la subasta en Cornellana, que es la tradición. No hay por qué cambiarla. Esto siempre fue así, pero el dinero lo donaría al proyecto Arca para que puedan continuar con los trabajos de reproducción y las sueltas". Lo tiene clarísimo.

Coalla es uno más de los jóvenes pescadores que ya no quieren llevarse el premio del río, si no compartirlo con sus aguas.

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