Vamos a ver si lo he entendido bien. El Barça ha hecho una temporada de mierda porque no ha conseguido terminar el campeonato de Liga invicto, después de la derrota en Levante en la ¡penúltima! jornada. Qué horror. Además, ser campeón de Liga y Copa no es nada comparado con ganar la Liga de Campeones o, en todo caso, con llegar a la final de la Liga de Campeones, o con llegar a las semifinales de la Liga de Campeones. Dicho de otra manera, y si lo he entendido correctamente, el éxito de la temporada del Barça dependía de no perder un solo partido de Liga y de que el Real Madrid no gane la Liga de Campeones. Como lo primero ya no es posible, y como lo segundo no importa porque el Ministerio de la Verdad ya ha dejado claro que el Madrid es campeón de Europa antes de jugar el partido con el Liverpool, hay que concluir que la temporada del Barça es una temporada de mierda.

Los futboleros somos así. Cuando creemos que algo es cierto (que la Liga de Campeones es el único título que merece la pena ganar, por ejemplo), ese algo se hace verdadero como consecuencia de nuestras acciones. Los culés, en especial, tenemos gran parte de culpa porque nos han convencido de que aquel desastroso partido en Roma es el partido que define la temporada, y eso se hace verdadero como consecuencia de nuestras acciones. ¿De verdad que los culés estamos esperando a que el Madrid juegue la final de la Liga de Campeones para decidir si esta temporada con doblete ha sido excelente o una mierda? ¿La temporada del Barça se juega en Kiev, y no en la brutal diferencia de puntos en Liga con el Madrid? ¿Depende la temporada del Barça de que Ronaldo tenga un buen día ante el Liverpool y de que Salah tenga una mala noche ante el Madrid? ¿Desde cuándo mi felicidad futbolística depende de la infelicidad futbolera de mi vecino madridista del quinto izquierda? La temporada del Barça ha sido objetiva, subjetiva, cuantitativa y cualitativamente magnífica. Lo que haga el Madrid en Kiev incumbe a todos los futboleros porque nada de lo futbolero nos es ajeno, pero ese posible tercer título seguido del Madrid ni aumenta ni disminuye el valor de los títulos de Liga y Copa que el Barça ha ganado sin discusión y, por cierto, sin oposición del Madrid.

Los culés veremos la final de Kiev desde el sofá, sí. Pero con dos copas de más.