Dicen que esta campaña salmonera no se avistan muchos salmones en la cuenca del Sella, pero la esperanza nunca se pierde. Si no que se lo pregunten a José Manuel González Otero, vecino de Villanueva (Cangas de Onís), quien a sus 95 años sigue fiel a la cita, aunque sea para echar alguna que otra varada en días muy específicos, como el pasado 18 de mayo, alrededor del mediodía.
Y es que "Manolo el Lecheru", como le conocen sus convecinos, una de las leyendas vivas de la pesca fluvial en el Sella, es muy probable que sea el pescador de salmones más longevo de España.
"Si lu puedo sacar cómolu entre la familia". Aseveró el nonagenario ribereño del Sella, mientras probaba fortuna en su lance favorito, en el puente de Villanueva, el cual une términos municipales de Cangas de Onís y de Parres.
Aprovechó que el tiempo acompañaba, encapotado de nubes, para echar el cebo natural (quisquilla y merucu) con el que tratar de engañar al "rey" de los ríos. Le acompañó su hijo Luisma González Cimentada, quien le preparó los utensilios. Manolo, como no podía ser de otra manera, se mantuvo fiel a la postura. Eso sí, no hubo fortuna.
A lo largo de su dilatada trayectoria como pescador de salmones consiguió echar a tierra nada más y nada menos que 1.019 ejemplares, el último de ellos pescado el 1 de mayo de 2015. Lo capturó en el lance del puente de Villanueva y pesó 4,500 kilogramos, utilizando cebo natural. Ahora, toda vez que su hijo le sacó la licencia para la actual temporada, el veterano ribereño sigue matando el gusanillo cuando se le presenta la ocasión. Disfruta como el que más y es que la pesca tradicional es una parte muy importante de su vida, actividad que supo simultanear con su trabajo en la empresa láctea Rilsa, de Sevares (Piloña), fundada en 1940.
Un ejemplar de 13 kilos
Allá por el año 1963 "Manolo el Lecheru" sacó un salmón de 13,750 kilos en el lance El Berezu, igualmente en el río Sella, el cual el de mayor peso del millar largo de ejemplares que pescó. En su domicilio familiar está inmortalizado ese momento con una foto de la época. Además, en cuanto a estadísticas, que solía apuntar en una modesta libreta, cabe reseñar los 65 salmones que mató en el ejercicio de 1965 -aquella temporada se capturaron 1.534-, en un periodo de verdadera bonanza salmonera en aguas continentales asturianas. En 2012 le fue tributado un homenaje por la Sociedad de Pescadores "El Esmerillón" por su dedicación a la pesca del salmón desde la década de los 50 del siglo pasado.
José Manuel González Otero, es natural de Camangu (Ribadesella), se crió en Bode (Parres) y en 1951 se fue a vivir a a la zona de Villanueva (Cangas de Onís), al contraer matrimonio. Vinculado a la familia Cimentada, empezó a descubrir la pasión por la pesca del salmón, a la que acabó enganchándose. Siempre le gustó practicar esa ancestral actividad en las aguas del Sella que bañan el exbenedictino Monasterio de San Pedro de Villanueva -actual Parador de Turismo de Cangas de Onís- en lances tan conocidos como "El Carneru", "El Palomar", "Cuetu Merín", "El Capitán", "El Berezu" ó el puente de Villanueva. Y ahí sigue al pie del cañón.
"El lecheru" sigue en plena forma y con la ilusión intacta.
