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El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, reconoció que los resultados de la EPA «no son buenos resultados». Pese a todo, Solbes aseguró que la economía española creará este año más de 200.000 empleos y una «cifra próxima» a ésta en 2009. Solbes indicó que, pese a la desaceleración, la economía continuará generando puestos de trabajo por el menor crecimiento de la población activa derivado de una menor entrada de inmigrantes, por la moderación de la destrucción de empleo en el sector de la construcción y por el repunte experimentado en industria y en servicios. Solbes aseguró que parte del crecimiento del paro registrado en los tres primeros meses del año se debe al repunte de la población activa, en el que tiene mucha influencia la inmigración. Sin embargo, el vicepresidente precisó que la población activa no seguirá aumentando con la misma intensidad «ni al mismo nivel» en el que lo ha hecho en los últimos tiempos.

El ministro de Economía hacía estas declaraciones el mismo día en que el Gobierno rebajaba drásticamente sus previsiones de crecimiento para este año y el que viene, que ha situado en el 2,3 por ciento. Con esta medida admitía que la economía española está teniendo mayores problemas de lo esperado y que también son más acusados los efectos de la crisis internacional.

El Ejecutivo socialista aprobó ayer por primera vez en cuatro años una revisión extraordinaria del cuadro macroeconómico, al haber quedado ya trasnochadas las estimaciones oficiales elaboradas en diciembre, que todavía calculaban para España un crecimiento del 3,1 por ciento este año, ahora rebajado en ocho décimas.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, reconoció que el cambio en el entorno económico mundial, con la crisis financiera y el encarecimiento del petróleo y las materias primas, entre otras cuestiones, ha hecho necesaria la modificación de las estimaciones.

Solbes también admitió que ha habido otra razón para revisar el cuadro: la crisis del sector de la construcción, especialmente en la rama inmobiliaria, un «acusado» ajuste que según el vicepresidente está siendo más intenso de lo inicialmente calculado, aunque también será más breve de lo esperado.

Pese a esta rebaja en las estimaciones de aumento del PIB, el ministro de Economía y Hacienda cree que este año puede volver a conseguirse superávit público, que, aunque puede verse mermado por la desaceleración, sigue siendo, aseguró, un objetivo posible.

Las nuevas previsiones del Ejecutivo calculan una desaceleración que se prolongará este año y el que viene, con una recuperación que se iniciará en el segundo semestre de 2009 para hacerse patente en 2010, año en que el PIB aumentará el 2,8 por ciento, y en 2011 (3,1 por ciento de crecimiento).

Este año la demanda interna va a desacelerarse hasta crecer sólo el 2,6 por ciento, por la caída tanto en la inversión como en el consumo. La inversión aumentará sólo un 1,5 por ciento, cuatro puntos y medio menos que en 2007, debido sobre todo a la caída en la parte de la vivienda.

El consumo de los hogares, por su parte, se verá afectado por el aumento del desempleo y el endurecimiento del crédito y sólo crecerá 2,2 puntos, aunque según Solbes se mantendrá estable dos años gracias, entre otras cosas, a las medidas de reactivación aprobadas por el Ejecutivo.

La crisis internacional no ayudará a las exportaciones, que se van a moderar mucho este año, aunque las importaciones tampoco crecerán en mayor medida por la débil demanda interna, lo que hará que la aportación negativa al crecimiento del sector exterior sea sólo de tres décimas y siga bajando hasta no restar nada al aumento del PIB en 2011.

El Gobierno ha rebajado sus previsiones incluso más que el Banco de España, que calcula para este año un crecimiento del 2,4 por ciento. El gobernador de este organismo, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, consideró que las nuevas estimaciones del Gobierno están «en un entorno razonable».

Desde el Partido Popular, su portavoz de Economía en el Congreso, Cristóbal Montoro, puso en duda que la economía española vaya a crecer el 2,3 por ciento este año, teniendo en cuenta el empleo que se está destruyendo, y acusó al Ejecutivo de «devolver a los españoles al paro descomunal» del Gobierno socialista de Felipe González.

Para el coordinador ejecutivo de economía y mundo del trabajo de Izquierda Unida, Javier Alcázar, puede que ésta no sea la última revisión a la baja de las previsiones si se tiene en cuenta «la actuación» del Gobierno en materia económica y la persistencia de la crisis financiera internacional.