Secretario de Estado de Economía

Oviedo, Javier CUARTAS

José Manuel Campa (Oviedo, 1964) cumple un año al frente de la Secretaría de Estado de Economía en medio de un nuevo coletazo de la profunda crisis económica internacional que arranca en 2007 en EE UU y en 2008 en Europa. En medio de fortísimas tensiones monetarias, bursátiles y sobre la deuda soberana, secuelas de las sucesivas convulsiones inmobiliaria, financiera y productiva que han caracterizado a la peor recesión mundial desde la Gran Depresión de 1929, Campa analiza qué ha ocurrido en estas dos semanas críticas para el euro, explica las controvertidas decisiones económicas que acaba de anunciar el Gobierno y avanza sus previsiones a corto y medio plazo.

-El viernes hizo un año de su nombramiento. ¿Ha sido peor o mejor de lo que esperaba?

-Es difícil de valorar. No tenía una perspectiva clara de antemano, porque éstas son oportunidades que no te planteas; pero ha sido un año extremadamente intenso y profesionalmente apasionante.

-¿Y el comportamiento de la economía en este tiempo?

-Nada más llegar trabajamos sobre las proyecciones cíclicas y hasta ahora se han venido cumpliendo. No nos ha sorprendido.

-¿Por qué entonces se ha decidido hacer ahora un ajuste adicional del gasto público de 15.000 millones en dos años, y cruzando las «líneas rojas» (el gasto social) que se había marcado el Gobierno? ¿Es improvisación o respuesta a una situación excepcional?

-Es una respuesta inmediata a una situación excepcional. Durante los últimos cuatro o cinco meses se ha ido construyendo a nivel global una preocupación creciente por el endeudamiento de los estados y la deuda soberana, que se intensificó a medida que evolucionaba la situación griega. Se fue, así, generando una presión creciente y una preocupación sobre las cuentas públicas, sobre todo, en la zona del euro.

-¿Por qué más en la zona monetaria del euro?

-Por el endeudamiento acusado en algunos casos (no en el de España, aunque sí concurría un déficit alto en el último año) y porque había incertidumbre sobre cómo resolvería institucionalmente la UE la situación griega. De ahí que el pasado domingo se pusiera en marcha el mecanismo europeo de rescate con 500.000 millones de euros, reforzado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) con otros 250.000.

-¿Por qué el ajuste adicional cuando unos días antes lo habían descartado? ¿Los presionó la UE y Obama, como se ha dicho?

-Para entender esa decisión hay que enmarcarla en el momento extraordinario en el que se produce. Se toma porque se da una situación excepcional. Todos tuvimos que revisar decisiones: el Banco Central Europeo dijo el jueves que no compraría deuda de los Estados y el lunes anunció que empezaría a hacerlo. Angela Merkel manifestó el martes que renunciaba a su compromiso de bajar impuestos. El Gobierno español anuncia su plan el domingo y lo detalló el miércoles. Ha sido una acción coordinada para hacer frente a una situación difícil.

-¿Niega que haya habido improvisación?

-No se puede llamar improvisación a tomar medidas distintas ante situaciones distintas.

-El Gobierno está en minoría en el Parlamento y ahora parece que va a perder el respaldo sindical con el nuevo ajuste. ¿Se sienten fuertes, en estas condiciones, para sacar adelante el plan de ahorro y su política económica?

-Sí. Y tenemos determinación. Creemos que son las medidas adecuadas para la situación en la que estamos. Ahora lo que prima es seguir trabajando y mantener, con perspectiva de medio plazo, un esfuerzo de austeridad.

-¿Han invertido las prioridades? Entre estimular el crecimiento y el empleo o estabilizar las cuentas, ¿van a optar por lo segundo?

-Hay una elección fundamental: decidir en cada momento cuánto impulso fiscal hay que hacer para salir de la recesión y qué esfuerzo conviene de estabilización presupuestaria. El compromiso es llegar a 2013 con un déficit del 3% partiendo del 11,2% en 2009. El nuevo ajuste favorece ese fin. Y ante la situación de los mercados, adelantamos el ajuste para mandar señales claras de nuestro compromiso con la consolidación presupuestaria.

-Pero esa aceleración o anticipación del ajuste a este año y el próximo tendrá un coste en términos de crecimiento económico.

-Nuestra previsión para 2010 era que la economía española creciese el 1,8%. Las nuevas medidas pueden afectar a esa previsión en varias décimas.

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«No ha habido improvisación en el ajuste; se tomaron medidas distintas ante situaciones distintas, como hicieron Angela Merkel o el BCE»

«Este primer año como secretario de Estado de Economía ha sido extremadamente intenso y profesionalmente apasionante»