Oviedo, M. MARTÍNEZ

Francisco González, catedrático de Economía Financiera y decano de la Facultad de Económicas, aseguró ayer que la caída del euro de los últimos días «no son excesivamente sorprendentes, en la medida en que refleja unos niveles de precios en la relación con el dólar bastante similar al real». Y es que según el profesor de la Universidad de Oviedo, la moneda europea «estaba sobrevalorada. Ahora se está produciendo el equilibrio».

El catedrático explicó que la caída del euro se produce porque los mercados anticipan que los tipos de interés reales en la zona euro van a ser más bajos de lo que se esperaba. Y esto es consecuencia de la reducción de gastos. «Al reducir el déficit público disminuye la presión y la demanda de fondos en el mercado, y eso no necesita tipos de interés altos».

Los recortes, además, provocan una reducción de la demanda, «tiene cierto efecto recesivo», asegura Francisco González, «lo que favorecerá que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga tipos de interés bajos para reactivar la actividad económica privada». Hay que tener también en cuenta que el BCE decidió comprar deuda pública para apoyar a los estados miembros, y que eso también puede tener consecuencias inflacionistas, advirtió el catedrático.

«Todo esto hace que sea menos atractivo comprar acciones de las empresas y la deuda pública retrocede. Se cae la demanda del euro y por tanto su valor en los mercados», explicó González.

¿Qué consecuencias tiene la caída del valor del euro? Pues las hay positivas y negativas. En el primer caso están las exportaciones, que se abaratan, lo que beneficia a las empresas españolas y europeas que venden fuera de la zona euro. Por contra, se encarecen las importaciones, sobre todo de aquellos productos que son de difícil sustitución. Por ejemplo, el petróleo.

«La pérdida de valor del euro a España la perjudica más que la beneficia, porque sólo la factura energética que tenemos que afrontar por importar el petróleo es mucho más elevada que lo que podemos recaudar con los productos que vendemos fuera», aseveró el decano de la Facultad de Económicas. Sin embargo, la caída del euro favorece sobre todo a Alemania, que exporta la mayor parte de lo que produce y mejora su competitividad.

Francisco González explicó también la relación entre la caída del euro y la volatilidad en la bolsa. «El dato negativo de la inflación subyacente (sin precios de petróleo y alimentos frescos) es negativo, que los mercados traducen por una actividad económica baja y un riesgo de deflación. Esto supone tipos de interés bajos».

Pero en la volatilidad de los mercados influyen también más factores. Sobre todo, la falta de confianza de los inversores al anunciarse casi cada día nuevas medidas de ajuste. «No hay una expectativa homogénea, porque hay muchos países en duda de cuándo empezarán a recuperarse».

Analistas financieros explicaron, por su parte, que la bolsa española se ve además perjudicada «porque los mercados han interpretado que el país no tiene prestigio ni solvencia y que estamos en una economía tutelada, lo que aún nos complica más la situación».

«La moneda europea estaba sobrevalorada; ahora se produce el equilibrio»

<Francisco González >

Catedrático de Economía