Oviedo, J. C. / M. M.

Manuel Menéndez, economista, nacido en Salas en 1959 en el seno de una familia campesina y catedrático en el área de economía financiera y contabilidad del departamento de Administración de Empresas de la Universidad de Oviedo, se convertirá en el quinto ejecutivo financiero más importante del país por volumen de negocio manejado.

El presidente de Cajastur, la mayor entidad financiera asturiana pero hasta ahora la vigésima caja del país por tamaño, consuma una meteórica carrera hacia la cumbre del sistema financiero español: en apenas seis meses, entre noviembre y mayo, Menéndez ha acometido dos grandes operaciones consecutivas que han dado un vuelco al sector financiero español.

Primero fue la adjudicación del negocio financiero de la Caja Castilla La Mancha (CCM) al banco Liberta, filial de Cajastur, y ahora, sin haber consumado aún la anterior operación, Manuel Menéndez se hace con el primer puesto ejecutivo (consejero delegado) del futuro banco (aún sin denominación) que, con sede en Madrid, nucleará al que será el tercer grupo de cajas de España por tamaño (sólo por detrás de La Caixa y Caja Madrid) y el quinto grupo financiero nacional (superado apenas por las dos cajas líderes del país y por los bancos globales Santander y BBVA).

Este economista salense, que desempeña al tiempo la presidencia de HC Energía, la filial asturiana del grupo portugués EDP, ha pasado así de gestionar un negocio financiero con unos activos de 15.000 millones a liderar un grupo (Cajastur-CCM) con un tamaño de balance de 35.000 millones y, ahora, a convertirse en el gestor de una «fusión virtual» que, participada por cuatro cajas, totalizará un negocio conjunto de 135.342 millones. Y con la particularidad de que el peso de la dirección del nuevo grupo no recaerá sobre los ejecutivos de la mayor de las entidades participantes, la alicantina Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), con activos por valor de 75.000 millones y cuarta caja española por tamaño, sino sobre el presidente de la caja asturiana, con unos activos de sólo 15.000 millones (41.977 millones con CCM). y situada quince puestos por debajo en el ranking por tamaño.

En ello han sido decisivas las ratios de solidez y rentabilidad. Cajastur cinco veces más pequeña que CAM, tuvo en 2009 un beneficio sólo tres veces menor que el de la alicantina, y mientras la entidad mediterránea era el año pasado la 31ª caja española por solvencia (relación entre patrimonio neto y activos), Caja de Asturias era la segunda, sólo superada por la vizcaína BBK.

La prudencia, el rigor y una menor exposición de Cajastur al negocio inmobiliario (uno de los más castigados por la crisis y una fuente capital de morosidad bancaria) han permitido a Cajastur exhibir una mejor hoja de servicios y ganarse por segunda vez la confianza del Banco de España.

Menéndez, reservado, silencioso y discreto, se ha acreditado una vez más como un estratega en la sombra. Así lo acreditan los 15 años que lleva en la presidencia de Cajastur, a la que llegó desde la dirección de Asturgar, a propuesta del ex presidente socialista del Principado y hoy delegado del Gobierno, Antonio Trevín. Fue respaldado luego por Sergio Marqués (PP) y, aunque lo destituyó el primer Gobierno de Vicente Álvarez Areces en marzo de 2000, regresó cinco meses más tarde mediante un pacto transversal de PSOE, PP e IU. Todas las batallas las ha ganado sin hacer apariciones ni comparecencias públicas. Con esta misma táctica acaba de asestar dos golpes de timón sucesivos en el sector de cajas que han cambiado su configuración. Nadie se había atrevido hasta ahora a hacerse con una caja a través de un banco y ahora Menéndez dirigirá dos. Y nunca en una fusión el mediano había asumido el control del conjunto. Cajastur lo acaba de lograr. Ambos hitos han colocado a su presidente en los primeros puestos del escalafón financiero.