Berlín / Atenas, Agencias

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ratificaron ayer su determinación a hacer «cuanto sea necesario» y «lo antes posible» para rescatar a Grecia a través de una fórmula que implique «de manera voluntaria» a los acreedores privados, y no obligatoria, como pretendía el país germano. El acuerdo fue muy bien recibido en los parqués europeos, que cerraron al alza. El Ibex-35, que arrancó en pérdidas que llegaron casi al 1%, se recuperó tras el anuncio del pacto para cerrar con una subida del 2,18%, la mayor en tres meses, y recuperando el nivel de 10.100 puntos. La rentabilidad del bono español a diez años bajaba casi nueve centésimas antes del cierre del mercado de deuda, hasta el 5,57 %, y el diferencial con la deuda alemana se rebajó de 280 a 261 puntos básicos.

En pleno pulso europeo por desbloquear el rescate griego, los líderes del eje franco-alemán anunciaron, apenas tres cuartos de hora después de la llegada de Sarkozy a la oficina de la canciller, un acuerdo cuyos detalles no revelaron y a medio camino entre las posturas respectivas. Berlín salva el principio que defiende frente al rechazo de muchos de sus socios de la UE, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE), como es la participación de acreedores privados en el rescate. Y Francia logró que Merkel hiciera varias veces hincapié en que esta participación sería «voluntaria».

Ni uno ni otro desentrañaron cómo será esa fórmula, puesto que debe llevar el sello «no del ámbito político, sino de los expertos», señaló Sarkozy, lo que, según enfatizó Merkel, significa la «troika» que trabaja en la elaboración del rescate (el BCE, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea).

En ello se concentrarán «los esfuerzos comunes» de los estamentos implicados, lo que tomará forma a lo largo de la próxima semana. Es decir, entre la nueva reunión, de domingo a lunes, de los ministros del Ecofin, y el Consejo Europeo, el jueves y el viernes siguientes. «No nos cansaremos de insistir en nuestro compromiso total con el euro, nuestra moneda común, de la cual Alemania se ha beneficiado y de cuya fortaleza depende la de nuestra economía», afirmó Merkel.

La canciller descartó que por parte alemana se pretendiera postergar el rescate a septiembre, «puesto que debemos actuar rápido», dijo, para insistir una y otra vez en que la controvertida aportación de los acreedores privados será «voluntaria», ya que, añadió, «no hay base legal posible para que fuera de otro modo». Sarkozy añadía que tampoco se esperaría a agosto, puesto que «pocas cosas pasan en ese mes», en alusión al tradicional parón vacacional europeo.

Merkel y Sarkozy se escudaron en que no se pueden dar detalles sobre cuál será la fórmula y lo único que el presidente galo avanzó fue que estará sustentada en cuatro principios: la voluntariedad, evitar el peligro de un «credit event» (incumplimiento crediticio), la aquiescencia del BCE y la rapidez.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó, tras conocer el acuerdo que, a pesar de las dificultades por las que está atravesando Grecia a la espera del nuevo paquete de ayuda financiera, España no está en riesgo. Tras valorar positivamente el pacto, Zapatero afirmó que el Gobierno ya esperaba que el mes de junio fuese complicado en los mercados financieros, porque Grecia tiene vencimientos de deuda inminentes que afrontar. Y añadió que esta previsión ya se la había trasladado al líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Mientras tanto, en Grecia también tomaban medidas. El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandreu, puso al frente del Ministerio de Finanzas al hasta ahora ministro de Defensa y «peso pesado» de su partido, Evangelos Venizelos. El nuevo titular de la cartera económica, que sustituye en el cargo a Yorgos Papaconstantinu, tendrá que hacer de escudo tanto ante el descontento en su partido como ante la impaciencia de los mercados y las dudas de algunos de sus socios europeos.

Tras veinte meses de batalla para salvar a Grecia de la bancarrota, Papandreu sigue en el punto de partida, o peor aún, pues ahora pende sobre el país el préstamo del rescate de 110.000 millones de euros concedidos por la zona del euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2010, que además se ha revelado insuficiente.

«Me voy del Ministerio de Defensa para ir a la verdadera guerra», declaró al asumir su nuevo puesto Venizelos, de 54 años, «número dos» del partido y anterior adversario político de Papandreu.