Oviedo, Agencias

Las indemnizaciones a los ex directivos de las cajas de ahorros que atraviesan por dificultades superan ya los 50 millones de euros. Desde que comenzó la crisis, 14 gestores de estas entidades financieras se han llevado entre 48 y 52 millones después de acogerse a las prejubilaciones y recibir las indemnizaciones acordadas en sus contratos. El de Novacaixagalicia ha sido el último de estos casos, en el que cuatro ex ejecutivos se han repartido más de 20 millones de euros, una cifra superior a las cinco prejubilaciones en la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), y por la que sus ex directivos se llevaron más de 15 millones. La suma de estas indemnizaciones supone el 10% del coste de las jubilaciones que recibirán los 1.200 trabajadores que se van a prejubilar.

Las millonarias indemnizaciones que se han repartido en la caja gallega suscitaron ayer declaraciones de repulsa por parte del PP y el PSOE. De hecho, la portavoz socialista en A Coruña, Mar Barcón, consejera de la entidad desde 2005, anunció ayer su dimisión. Según declaró Barcón, la percepción de estas indemnizaciones es «indecente» y supone «un perjuicio enorme para la imagen de la caja».

Desde el Gobierno, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, también ha admitido que estas retribuciones a los directivos son «inadmisibles» y ha abogado por que sean supervisadas. «Personalmente me parece bastante inadmisible, pero legalmente habrá que ver si esas retribuciones se ajustaban a lo que se había dispuesto por parte del consejo y los estatutos», afirmó Salgado. «Hemos hecho bien en que a partir de ahora las remuneraciones tengan que ser también supervisadas por el Banco de España», consideró con vistas al futuro.

También el secretario general de UGT, Cándido Méndez, señaló que estos pagos «dan vergüenza», pero alertó de que «en el fondo hay un comportamiento de dudosa moralidad» de sus directivos, y «un gravísimo y escalofriante problema de supervisión».

Por otra parte, Moody's asignó a la deuda a largo plazo de Novacaixagalicia una calificación de «Baa3», sólo un escalón por encima de la calificación que empieza a ser considerada por la agencia como calidad cuestionable o, lo que es lo mismo, de bono basura.